Cuando entraba el PP en el poder hace unos cuantos años ya, el gobierno municipal decidió colocar a un señor cualquiera como responsable de dirigir todo lo que tenía que ver con la Fundación Deportiva Municipal. Pero es que los anteriores también lo hicieron. Y los anteriores. Debe ser una costumbre, pero una mala costumbre.
Cuando digo cualquiera no me estoy refiriendo a que no los conocieran, porque claro está que esto era lo principal. Me refiero más bien a exigir la titulación y la experiencia que se supone que hay que tener para un trabajo que tiene la responsabilidad de gestionar la vida deportiva de una ciudad, con todo lo que supone.
¿Por qué los ayuntamientos se rodean de especialistas técnicos en muchos ámbitos y sin embargo la gestión deportiva se deja en manos de personas sin formación? Parece ser que el problema es que no se le da verdadera importancia a algo que la tiene. Y la tiene porque la salud, la calidad de vida y el bienestar de los villeneros tiene mucho que ver con cómo se gestione todo esto. No es sólo deporte, no es sólo política. Es algo que está por encima de eso. Y no hay mucho que entender. Es como si el trabajo de un médico lo hiciera un celador. O el de un juez, lo hiciera un secretario. O viceversa.
A Villena no le interesa tener interinos trabajando como gestores deportivos que saben que hoy están aquí pero mañana ni idea. No le interesa que haya personas incompetentes, no porque quieran, sino porque carecen de una amplia visión de todo lo que abarca la gestión de la actividad física y del deporte. No le interesa que este sea un cargo politizado, porque la política mancha al deporte, aquí y en todos los lados.
Hay una carrera que se ha conocido siempre como INEF, que ahora se llama Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. No es moco de pavo. Son miles de horas como las que nos hemos pasado algunos, que postrados en una silla nos hemos tenido que empapar y empollar una tela de libros y rollos que no está escrito. Forma profesionales con una amplia proyección laboral, entre ellas la gestión deportiva. No hay mucho que entender.
Vivimos en una ciudad, pero en muchas cosas con mentalidad de pueblo. Podemos tener las mejores instalaciones (que tampoco), pero podría hablar largo y tendido de lo que se nos viene encima con la gestión de la piscina cubierta, por ejemplo. O de los eventos deportivos que tendrán lugar en la plaza de toros. Entre otras cosas, veremos a ver quién manda en este embolao. Así que aprovecho que los señores políticos de la ciudad están elaborando sus programas electorales para que al menos se planteen rodearse de personas que valgan la pena y que además estén preparadas para la labor que se les contrata, ya que al fin y al cabo, amigos de verdad en política los hay contados con los dedos de las manos, y si no, basta con levantar la cabeza y ver el panorama.
