Cartas al Director

Gobernabilidad (Carta al director)

Hoy día el concepto de gobernabilidad cobra muchos adeptos inesperados, entre los cuales algunos son, a su vez, buenos gestores de sus promesas, actos y responsabilidades y algunos otros sólo de sus promesas pero bastante poco de sus débitos, sean estos de cualquier clase que sean.
Por ejemplo el presidente del gobierno Rodríguez Zapatero sonríe cuando al gobernar anuncia subida de impuestos sobre la renta, el ahorro y sobre el consumo de productos y servicios básicos, impago de los intereses de la deuda pública, déficit público que no gasto público el cual confunde habitualmente y al que quiere hacer frente en cinco años por 50.000 millones de euros amortizando sólo 5.000 millones en 2010 (¿?), descapitalización de la deuda del Estado a corto, medio y largo plazo en los mercados financieros de ambos lados del Atlántico Norte, desempleo cifrado en el 20% disfrazado en cursos para fomento del empleo, paralización del redescuento bancario por falta de confianza en las entidades económicas públicas y privadas, falta de supervisión de los fondos públicos destinados no al crédito necesario de autónomos y comerciantes sino al saneamiento de los balances de banca industrial y de servicios, crecimiento económico así como renta per cápita que decía superaría a Francia e Italia, déficit de balanza comercial, déficit de balanza de pagos, déficit de cuenta corriente, cierre de pequeñas y medianas empresas con continuos expedientes de regulación de empleo de contratos temporales a “0” euros de indemnización, quiebra del sistema contributivo de pensiones de jubilación y prestaciones por desempleo con periodos de carencia mayores que no gestiona con decisión mínimamente confiable, sin plan o programa alguno, salario de los altos cargos y funcionarios aumentado en un 42% desde 2006, etc.

Nuestro presidente del gobierno es un gestor al que no llaman para la toma de postura los países representados en la UE y que se siente como pez en el agua cuando entrega 98 millones de euros del 2009 a productores, directores, guionistas, actores de cine al margen de la SGAE, que cuenta con el respaldo del Congreso de los Diputados, de todos los ministros y gobierno en funciones, más los sindicatos y algún que otro banquero a la par que fundaciones y asociaciones afines a las dotaciones públicas. Aquí sí hay unión económica y política por lo visto. Me pregunto que dirá un ciudadano alemán o danés u holandés cuando previendo jubilarse a los 67 años con 20 años de carencia tenga que pagar solidariamente los intereses de la deuda pública por la jubilación de un ciudadano español a unos obligatorios 65 años para todo sector profesional. A eso y a lo de más arriba le llaman algunos, gobernabilidad.

Y es paradójico, además, que quien quiere gobernar con ese mismo programa electoral en el Ayuntamiento de Villena y en la Comunidad Valenciana llegue a la ciudad diciendo lo que no hace y haciendo lo que no dice, ofertando prosperidad, gobernabilidad responsable.

¿Se refiere este Señor a la del Estado con el gobierno de Rodríguez Zapatero? ¿A la de Andalucía con un PER que no se destina a labores rurales realizadas? ¿A la de la Extremadura emigrante del desempleo? ¿A la Cataluña solidaria con el resto de España? ¿A los 98 millones de euros al margen de la SGAE que no discuten los sindicatos? ¿A los 150 euros por comensal que se gastó en la comida la cúpula de un sindicato después de manifestarse en Madrid contra un nuevo contrato de trabajo indefinido con 33 días de indemnización por año trabajado? ¿A lo que el “Wall Street Journal” tan poco sospechoso de falta de progresismo atribuye a las relaciones laborales en España? ¿Se refiere este Sr. a la deuda municipal contraída por el tripartito anterior comprando inmuebles a diestra y siniestra o quizá a lo invertido de lo prestado a un tipo de interés bancario más bajo que la propia deuda amortizada? ¿Se refiere este Sr. a la deuda sanitaria atrasada más intereses que el gobierno no paga a la Comunidad Autónoma Valenciana desde hace años? ¿Quizá se refiere este Sr. al Plan E cuando habla de suficiencia de recursos de las Haciendas locales y no a la obligación impuesta por el Tribunal Constitucional según dispone el artículo 142 de la Constitución española cuando ordena como recurso fundamental de la Hacienda local la participación de aquellos tributos del Estado que no paga el gobierno a nuestra ciudad más que enmascarado de un Plan Urgente para el empleo? ¿Se refiere este Sr. a lo dispuesto en la Ley General de Estabilidad Presupuestaria 18/2001 de 12 de diciembre y a la Ley Orgánica 5/2001, 13 de diciembre, complementaria de la Ley General de Estabilidad Presupuestaria al aprobar hace un mes unos presupuestos irreales e imposibles de cumplir que aprobó una mayoría parlamentaria untada por la partida presupuestaria? ¿Se referirá al plan de energía sostenible de ZP que importa la energía nuclear de Marruecos, Francia o Alemania a una tarifa eléctrica de las más caras del mundo civilizado?

¿Es esto lealtad y gobernabilidad presupuestaria?

¿Se referirá, en definitiva, este ciudadano visitante a lo realizado en una legislatura cercana anterior por el tripartito en Villena? ¿Se acordará este Sr. hace años atrás quién rehabilitó el Teatro Chapí por quien luego llamaban “asesino del PP”? ¿Se acordará este Sr. cuál fue la gestión de los trasvases de agua de calidad a Villena? ¿Se refiere este Sr. como ejemplo de gobernabilidad legítima, eficaz, efectiva y estable, el comportamiento de los cinco concejales díscolos que abandonan el partido político al que no quieren escuchar?

Juan Linz postulaba que los liderazgos políticos son una variable relevante en la ecuación que da gobernabilidad al sistema democrático, al que asoció a cuatro factores interdependientes: Legitimidad, Eficacia, Efectividad, Estabilidad.

Esperemos que los moderados no abdiquen al considerar que los procedimientos de elección y voto existentes hoy mismo no hayan sido suficientes para realizar algo que con todos los votos anteriores nunca se pudo conseguir. A eso le llamo yo gobernabilidad.

Fdo: José J Álvarez. Abogado y Politólogo

Nota: para evitar mayores e incautos malos entendidos, para ser “politólogo” se recomienda terminar la Licenciatura de Ciencias Políticas y de la Administración, que puede cursarse en una Facultad de una Universidad Pública, específica, durante cinco años, pagada por tasas públicas y tributos estatales.

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