¿Cómo están ustedes?

Gominolas para una despedida

Nada más dulce que algo dulce para despedir el año y para despedir esta columna. Nos parecía que lo de Edad de Oro. Los 50, un Tesoro iba a ser cuatro cosas pero ha sido muchas y mucho más. Parecía que iba a ser cumplir por cumplir, pero ha sido muchísimo más. Y todo entrañable. Mágico. Ha sido un año fantástico. Dulce como las gominolas de despedida. Y ha sido satisfacción. Y como se ha dicho, ha sido orgullo de ser generación. Generación por quinta y generación por haber generado fiestas, solidaridades y cultura. Edad de Oro ha cumplido con creces su razón de ser. Entrando el dos mil catorce... ¡Feliz Año Nuevo!

Y llega también el momento de cerrar esta sección. "¿Cómo están ustedes?" nació para celebrar el cincuenta cumpleaños de los nacidos en 1963 recordando contextos de nuestra infancia y juventud y también para glosar lo realizado por el colectivo de Edad de Oro. Colectivo que ha resultado fenómeno social al contagiar no sólo a quienes nacieron en el año del descubrimiento del Tesoro sino a una población entera que ha apreciado y mimado las actividades organizadas por éste. Villena tiene algo especial para arropar inquietudes populares. Una ternura que siempre he estimado en mis paisanos tanto en el trato particular como en el colectivo. Y como no llevo bien las despedidas ni los cierres y como además observo que últimamente me emociono con mayor facilidad, seamos rápidos y digamos hasta luego. Si ya era fácil de lágrimas, ahora más. Así, no quiero alargar esta despedida.

Cuando la conferencia sobre "Villena, años 60. Del campo a la fábrica", al querer agradecer a los conmilitones del 63 lo mucho que me han devuelto, se me cogió un nudo que me dificultó leer el final de mi intervención. Porque queríamos decir y dijimos, dirigiéndonos a nuestros coetáneos, que "la memoria, la necesidad de recordar se ha convertido para nosotros en un tema recurrente. Así cuando preparaba mi intervención he ido recopilando aspectos que había tratado en algunos de mis escritos. Pero hoy ya no me queda tiempo. Ahí están para mi memoria que en gran parte es vuestra memoria. Porque cuando yo me acuerdo os veo a vosotros, a vosotras. Y esto, queridos amigos y queridas amigas del sesenta y tres, me emociona y me trae ternuras." Se me cogió un nudo porque siendo año de recuerdos, recordando, también hemos apreciado intensas las ausencias. Volver al pasado también conlleva sus riesgos como nos ha revelado poéticamente José Luis Zerón en su poemario "Sin lugar seguro" (Germanía, 2013), libro que tanto nos ha gustado y recomendamos.

¿Y a partir de ahora qué?... ¿Incógnita? No necesariamente. Nuestra colaboración con EPdV, al que tanto debo, continuará. Pero de otra manera. Un proyecto antiguo empezará a ver la luz. Llevamos mucho tiempo articulando opiniones. Hace años en la revista mensual Villena, en su tercera época, y ocasionalmente en Información. En el ahora de catorce años viviendo en Orihuela, primero en Villena.net, donde fue "Desde la Ocarasa", y después en EPdV donde "De recuerdos y lunas", "Fuego de virutas" y la que hoy cerramos. Varios años opinando y, al margen de nuestros aciertos y errores, de nuestras coincidencias y desavenencias con los lectores, hemos disfrutado de este oficio tantas veces francotirador. Y más que cansados de pensar, aunque cierto que alejados del día a día local, nos apetece ahora volver a hurgar en el pasado retomando –o mejor impulsando porque no estaba abandonado– una investigación histórica.

Y si nos preguntan "¿cómo están ustedes?" diremos que ¡bieeeen! Sinceramente bien. Melancolías aparte, el futuro. Siempre el futuro.

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