Haber dicho antes que los negros jugaban al fútbol, joder
Cuando hace unos meses surgía la noticia de que se reabriría el edificio de la fundación en la pedanía de La Virgen y que sería para ubicar una especie de centro de menores, surgía la indignación con tufo racista de muchos.
Tanto fue así que en una legislatura en la que no se ha hecho prácticamente NADA en lo que a infraestructuras se refiere (con permiso de un parque canino que vino fruto de un taller de empleo y del museo/obra del Escorial que se inauguró con consellers y todo pero que sigue cerrado, vallado y vacío), el anuncio del rescate de este edificio tuvo que hacerse de tapadillo y sin decir del todo de qué iba a ir la cosa, para evitar levantar la xenofobia del personal.
El alcalde y su amiga Mónica Oltra tuvieron que andar prácticamente agachando la cabeza y casi pedir perdón por hacer la apertura del centro, que si las cosas fueran como tienen que ser, tendría que ser uno de los orgullos de la legislatura y ser anunciado y lucido a bombo y platillo, por el carácter solidario e integrador que supone (y porque no nos vamos a engañar, no han hecho ni van a hacer mucho más como para lucir). Pero no, la población reaccionó con poco menos que unos a ver por qué coño nos los tienen que traer a Villena comparando algunos incluso la apertura de este centro con la de la penitenciaría o hasta con la del vertedero (remitirse a los comentarios de las citadas noticias en los diferentes medios de Villena para comprobar a lo que me refiero).
Esta ola xenófoba se vio reavivada cuando se hizo el anuncio de que el centro acogería a menores refugiados procedentes del celebérrimo barco Aquarius y se aprovechó el rebufo racista generado por la noticia a nivel nacional para sumar acólitos a la causa de atacar al centro por hacer aquello para lo que se concibió. Un espectáculo triste de presenciar.
Lo paradójico del asunto ha venido esta pasada semana, cuando se ha anunciado que estos refugiados van a entrenar con las diferentes categorías del Villena C.F. (iniciativa que me parece digna del mayor de los aplausos) y muchos de esos que, con olor a Varón Dandy en la camisa y a whisky DYC en el aliento, desde la barra del bar criticaban las noticias anteriormente citadas, ahora los domingos por la tarde acabarán coreando en La Solana los goles de estos chicos, como celebran los de Emma o hace un par de años celebraron los de Moussa.
En la foto de presentación de los equipos pudimos ver como, de estos chicos, solo un par mostraban una sonrisa ante el evento que estaban protagonizando, igual si sonreían fue porque eran conscientes de que estaban a tres goles de dejar de ser negros refugiados para pasar a ser futbolistas. Y es que quizá deberíamos tener balones en las fronteras y dejar pasar a aquellos que los dominen