Hace 50 años: Hemingway en Villena
El día 7 de septiembre de 1959 se celebró en Villena una corrida de toros en la que participaron Antonio Ordóñez, Vicente Blau El Tino y Francisco Antón Pacorro. Gracias al laborioso estudio de César López Hurtado, puedo apuntarles más detalles, como que la ganadería fue de don Fermín Bohórquez, de Jerez de la Frontera, o que El Tino sustituía a Diego Puerta.
Como aquel año iba Antonio Ordóñez acompañado por el escritor useño, cuando llegó a Villena el de ronda, también lo hizo Mr. Way junto con Fernando Claramunt, médico y crítico taurino de la capital alicantina.
Según José María Soler, al aparecer en el callejón el autor de Fiesta, el público le tributó una cariñosa ovación, a la que el novelista supo corresponder con un amplio ademán de trotamundos avezado a la gloria. Todavía perdura la anécdota en la memoria de los espectadores; durante la lidia de uno de los toros, se lanzó al ruedo un espontáneo que no logró siquiera iniciar un lance. Al pasar, conducido junto a Hemingway, todos pudieron ver como el gran escritor tendió al muchacho su mano, doblemente generosa de cordialidad y ayuda monetaria.
Ernest Hemingway presenció la corrida acomodado en un burladero del callejón de la plaza situado bajo la barrera del tendido número 3. Allí se hizo una famosa fotografía, la única que conozco, que muestra el testimonio gráfico de su estancia en la Plaza de Toros de Villena junto al músico de la Banda Municipal José Hernández Zuri.
César López Hurtado también refiere en su extraordinario y todavía inédito trabajo, que Hemingway tendría ocasión intervenir notablemente a lo largo de la lidia cuando el quinto de la tarde saltó al callejón precisamente por el lugar en donde él se encontraba, teniendo que tomar el ruedo de un salto para evitar el posible percance.
En lo que se refiere a la corrida, Antonio Ordoñez estuvo mal en su primero y llegó a recibir protestas; peor en el segundo, por lo que lo despidieron con pitos. Vicente Blau El Tino logró en su primero una oreja que paseó durante la vuelta al ruedo y silencio en su segundo. Francisco Antón Pacorro, silencio en su primero pero cortó las dos orejas al que cerraba plaza. Es destacable que Curro Chávez Sevillano, banderillero de la cuadrilla de Pacorro, resultó cogido por el último toro contra un burladero mientras lo banderilleaba. Lo atendió don Fernando Ruiz Moreno, jefe del servicio de enfermería de la plaza, quien diagnosticó un pronóstico grave. Por tal motivo Pacorro no quiso salir a hombros.
El crítico Martínez Mataix dejó escrito que Antonio Ordoñez tuvo «una tarde incolora, aunque verdad es que sus enemigos no le dieron facilidades. Sin estar mal, cumpliendo, dejó descontento al público de Villena».
Pocos días antes de su muerte en 1961, Ernesto Hemingway dio la orden de cancelar el abono que tenía reservado para la feria de julio en Pamplona. Se quitó la vida el dos de julio y fue enterrado el día de San Fermín. De este hecho se hizo eco la Revista Villena de ese año publicando la citada fotografía que de nuevo reproducimos aquí.
No quiero finalizar sin hacer un llamamiento a los mecenas villenenses para que entre todos podamos conseguir la publicación de la obra La Fiesta de los Toros de Villena, del historiador César López Hurtado, pues es de un gran interés.