Hartos y esperanzados (Carta al director)
Las pasadas elecciones municipales ha dejado dos mensajes claros: el sentimiento de hartazgo de la política monolítica del PP, y un deseo de cambio a un escenario político más ilusionante y regenerador.
Bajo mi punto de vista la ciudadanía ha dicho Basta YA a las mayorías absolutas, y en concreto a la gestión autoritaria y crispante del gobierno popular. Nunca gustaron ni sentaron bien estas mayorías a Villena. Nunca éstas duraron dos legislaturas seguidas. Villena ha dicho un NO rotundo al bipartidismo. Los ciudadanos/as han optado por un cambio, cada cual apostando por una sensibilidad diferente, pero con un mensaje rotundo hacia los tres partidos: más allá de las diferencias ideológicas, entiéndanse para salvar a Villena de la deriva antidemocrática y antisocial que ha presidido esta legislatura, y confiamos que ese proceso sea liderado por Fco. Javier Esquembre de Los Verdes.
Estamos hartos de que nos quieran infantilizar. Que crean que unas cuantas ideas megalómanas puedan anestesiar a la ciudadanía. Hartos de los mensajes apocalípticos de Celia Lledó, de Vicente Rodes, de la Plataforma Anti-tripartito, etc., asociando un futuro gobierno de coalición a caos. Si el caos ha existido, ese ha sido en el seno del gobierno ¿unitario? y mayoritario del PP de estos 4 años. Ni siquiera les han salvado las grandes inversiones estatales y regionales. Ni siquiera la inauguración a la trágala y con embudo de la plaza de toros. Caos y torpeza en la dinamización de su propio equipo de gobierno y cargos de confianza, con situaciones inverosímiles de broncas, ensañamientos, persecuciones y escarnio. Caos y falta de determinación en la gestión de basuras, olores, acuíferos. Caos en unas cuentas públicas sin transparencia y sin un presupuesto en tres años. Caos en las arcas, con una política de fastos, y excesos, impropios en una ciudad con más de 4.500 parados, y contradictorios con la austeridad que pregona el PP a nivel nacional.
Estamos hartos de la falta de respeto a la Constitución y a la Ley Electoral. La legislación actual permite la posibilidad de gobernar en coaliciones preelectorales y postelectorales. Son nuestras reglas de juego. En nuestra historia reciente ha habido pactos, incluso tan anti-natura del PP de Aznar con nacionalistas. Numerosos ayuntamientos de España han sido gobernados o apoyados por el PP en coaliciones mayoritarias y minoritarias. Comunidades autónomas como Canarias o Euskadi han sido arrebatadas a los partidos más votados (PSOE y PNV, respectivamente) con el apoyo popular. Es un acto de hipocresía, si no de cinismo, vender aquí un posible y legítimo pacto electoral como un atropello para la ciudad, cuando el PP lo practica en tantos otros lugares.
Estamos hartos de la amnesia interesada y de la hipocresía del PP en cuestión de pactos. Han sido partícipes de pactos diversos en formato dúo (PP+ II de Agredas), trío (PP+ II + Inmaculada Brotons, tránsfuga del PSOE) y cuarteto (PP+II+ la IU de Ortega + Línea Independiente de Primitivo Gil). No todos ellos muy naturales. Un gobierno mayoritario de único partido no es sinónimo en sí mismo de cohesión, como se ha puesto de manifiesto en esta legislatura del PP. Tampoco es sinónimo de caos un gobierno de coalición como se demostró en la anterior legislatura, donde, más allá de las diferentes juicios políticos, hubo un gobierno tripartito de cohesión, con presupuestos, y compacto hasta el final. El valor de los gobiernos, en pacto o no pacto, deben de ser juzgados al final, no por su naturaleza previa, sino por su gestión, su transparencia y su vocación de servicio.
Estoy harto y me ofende el ataque contra el proceso legítimo de tres grupos, avalados por el 56 % de los votos frente al 42 % del PP. Por supuesto que no a cualquier precio. Un derecho de explorar un posible gobierno plural, de cambio y de concertación reconocido por ley, que quiere ser vetado. Pero es injusto, sin pacto materializado, sin investidura, y sin los supuestos 100 días de cortesía desde la toma de posesión, toda la tromba política que se está viviendo. Quienes se sienten únicos herederos de la legislatura, ya han lanzado todo tipo de ruidos, bulos, anónimos, descalificaciones, ¿rayos?, catástrofes maquiavélicas, estereotipos y chistes ramplones sobre Los Verdes. Tanto en la oposición como en el gobierno, Villena ha reconocido en los concejales verdes, el valor, la responsabilidad, la humildad, el rigor, la sensibilidad y la exquisitez democrática. Personas como Patxi o Cate han sido la constatación de ello.
Creo que la gente ha votado por un modelo de ciudad abierta y accesible, frente a la miopía del famoso túnel del PP. Villena ha votado control medioambiental, frente a la apatía del PP en materia de basuras. Ha votado austeridad frente al despilfarro. Ha votado a favor de un cambio refrescante y regenerador de la democracia local, frente a un modelo de soberbia y falto de diálogo. En ese terreno los tres grupos podemos encontrarnos, y también el PP si hace reflexión y autocrítica de esta nefasta legislatura.
Creo que ha sido unas elecciones donde ha primado el sentido común, el deseo de cambio y la convicción en las personas sobre las ideologías. El PP tendrá que evaluarse sobre las razones por las cuales ha dinamitado una mayoría absoluta tan abrumadora en un contexto tan benévolo para sus listas. El PP tendrá que preguntarse por qué no consigue, a día de hoy, un solo concejal de la oposición para gobernar. Pese a ser la lista más votada, su gobierno no sería de consenso social, y además, su posible gestión en minoría, no garantizaría la gobernabilidad frente a 11 concejales que descalifica.
Estoy esperanzado y creo en el posible gobierno de coalición. No será fácil. Habrá múltiples zancadillas. Hoy, en un acto de responsabilidad y coherencia, es preciso recoger el mandato de la ciudadanía en las urnas, y devolverles la creencia en la dignidad de la clase política; la creencia de lo público como servicio; la creencia de la participación y la transparencia como ejes de la transformación local. Estoy convencido y esperanzado en el pacto, y confío plenamente en los concejales electos de Los Verdes y en Fco. Javier Esquembre como impulsor del mismo. El gobierno no es un objetivo en sus ciclos vitales, sino un medio temporal para construir otro tipo de proyectos políticos.
Me fío de ellos/as y me transmiten tranquilidad, por su capacidad profesional, por sus trayectorias y compromisos sociales, y por la calidad humana de cada uno de ellos. Convencido de que construirán una Villena más humana y plural, y de que también sabrán recoger el mandato de los 15-M en la plaza, para construir otra democracia posible, otra Villena posible.
Fdo. Jesús Hernández Francés