Bienhallados todos. Antes de nada permitidme que me presente, soy Juan Palao. Muchos de vosotros ya sabéis quien soy, por lo tanto me conocéis, otros lo haréis a partir de ahora.
Este reencuentro de hoy, posiblemente, fuese Ángel Giner quién lo desencadenó hace un año, y yo, voluntaria y gustosamente, he decidido abrazarlo. Fue él quien, dado que yo me encontraba alejado ya algún tiempo de la vida política, decidió, en abril del año pasado, ofrecerme pregonar el mercado medieval del Rabal, y con ello encendió el deseo y la oportunidad de que pudiera considerar alguna participación más activa, y comprometida, en la vida social de Villena, algo así como un analista o contertulio, pero mucho más liviano y entretenido que el desarrollo de la mera labor (honrosa, hay que decirlo) de crítico político.
Y en esos devaneos estaba yo, que si sí, que si no, que si prensa, que si televisión, cuando el bueno de Carlos Prats hizo sonar mi teléfono. ¿O no fue así? La verdad es que pasó tanto tiempo desde que se empezó a fraguar la idea (sí, amigos, casi 5 meses) que ya no sé si fue él o yo quien puso a trabajar el móvil del otro. Bueno, lo importante es que Carlos confió en mí, y yo en él, por supuesto (le conozco desde mucho antes de que tomara la riendas de este periódico), sin miedo, sin recelos, ya que los resultados de su gestión a la vista están, pero no creáis que esto fue siempre así, que también tuvimos nuestras diferencias antaño, pero eso será objeto de alguna otra reflexión. Y aquí me tenéis dispuesto a entreteneros, con una información que será ante todo veraz. Mi información será veraz, descaradamente veraz; mi opinión, por el contrario, será mía, exclusivamente mía. Intentaré por tanto dejar muy claro cuando informo y cuando opino.
Quizás mi opinión no sea totalmente compartida, máxime en un hombre como yo, al que no le gustan las medias tintas. Yo soy de los que me implico a fondo; cuando algo me gusta, me gusta enormemente, cuando creo en algo, lo defiendo sin titubeos; y cuando algo no me gusta, debo deciros que antes lo despreciaba, pero la madurez me ha enseñado a ignorarlo. Intentaré no hablar, exclusivamente, ni de política ni de economía, y he de decir, a tenor de la verdad, dado lo que me atraen ambos temas, que será difícil, porque ya sabéis que la cabra tira al monte. Y yo, como buen capricornio que soy, aún más. No esperéis de mi ni marujeos ni prensa rosa, ni es mi estilo ni me interesa lo más mínimo. Y si alguna vez pongo a alguien en la picota será porque, a juicio del autor, lo merece sobradamente.
Así que os espero cada semana, yo inicio esta etapa con mucha ilusión. Huelga decir que no pasaré lista, pero que me reconfortaría saber que soy leído. Finalmente quiero contaros que andaba buscando un título a estas colaboraciones semanales y HASTA ahora no sabía DÓNDE encontrar las palabras que mejor definan lo que YO siento y lo que CONOZCO, así que confiaré en lo que mis ojos ven, porque la palabra escrita siempre ilustra y muestra el verdadero camino
de modo que, leyendo y releyendo, he llegado a la conclusión de que, a partir a ahora, me encontraréis en mi columna, que se llamará
HASTA DONDE YO CONOZCO.
