Hasta luego, Pepe
Escuché hace años una frase que decía: El hombre sólo se da cuenta de lo que tiene cuando lo pierde, y esta semana llegó el momento de darme cuenta del verdadero sentido de esta frase. He perdido un amigo, Pepe Moltó, pero me he dado cuenta de que siempre he sabido que lo tenía, su alegría y su forma de ser han dejado huella en todos los amigos, Los Trovers.
Nos quedan los recuerdos, Pepe, esos recuerdos que hacen que todavía sigas vivo en nuestros pensamientos. Sé positivamente que donde estés tendrás nuevos compañeros a los que contarás cómo son tus amigos, a los que has dejado en este mundo con una brecha en el corazón difícil de cerrar, pero solamente al ver tu sonrisa y tu mirada será fácil de entender el cariño que siempre nos has demostrado. Ya muy lejanos quedan aquellos días en que con tu guitarra fuiste el promotor de innumerables fiestas inolvidables, la edad hizo que nos fuésemos separando en la distancia, que te dedicases a tu esposa e hijos en cuerpo y alma, pero siempre dejaste esa puerta abierta para nosotros que nos hacía añorar tu presencia.
La Banda Municipal de Música, la Banda de Cornetas y Tambores y posteriormente el Coro del Santuario de Las Virtudes y los Maseros, entre otros, han sido testigos de cómo tu personalidad hacía fácil conseguir amigos, conseguir poder disfrutar de ti, de ver cómo siempre te diste a todo aquel que quiso compartir tu amistad, y sobre todo, de poder contemplar esta vida, que nos ha tocado vivir de otra manera, con optimismo, dejando los grandes problemas cotidianos aparte y afrontando el futuro con la sonrisa que nunca te quitaste de la boca.
Siempre tendré presente aquel adiós que, sin saberlo ninguno de los dos, nos dimos en la Plaza de Santiago la última vez que nos vimos. Un mundo nuevo se abría ante ti con el nacimiento de tu nieta. Qué palabra más grande, tu nieta. Cómo se te llenó la boca cuando la nombraste y con qué impaciencia esperabas la llegada de tu hijo para verla, ya te la imaginabas vestida de masera
Ha pasado una semana y se ha hecho interminable. Todo me recuerda algún momento junto a ti en alguna de esas innumerables juergas, pero tengo miedo de que lleguen las Fiestas. Los Maseros no serán jamás los Maseros, porque faltas tú, aquel cabo de joven o festero años después.
contemplando cómo se pasa la vida, como se viene la muerte tan callando