Hemos estado en FITUR (Feria Internacional de Turismo)
Una nueva edición de Fitur se ha celebrado recientemente en Madrid y Villena, un año más, ha estado allí. Una feria donde podemos exponer los atractivos de cada país, provincia o pueblo utilizando estrategias turísticas para abrir mercados que atraigan a los visitantes ofreciendo las más atractivas propuestas de cada ciudad.
Estas estrategias están basadas en lo que cada pueblo puede ofrecer, su cultura, gastronomía, museos, patrimonio, fiestas, tradiciones
Estas ofertas son el verdadero reclamo para conseguir que el turismo se interese por cualquier pueblo, y esto es lo que podemos encontrar en el stand de cualquier touroperador.
Con el turismo se consigue que una ciudad sea dinámica, influyente, sugestiva, en definitiva, atractiva, y que los comercios funcionen. Y a Villena de todo lo dicho le sobra; tiene riqueza cultural y patrimonial como para que se puedan interesar por ella desde cualquier punto de España o del mundo. Pero para poder ofrecer todos nuestros encantos hay que creérselo y saber que Villena es un potencial vivo y que por sí sola puede. Por eso quien se siente villenero, quien se siente de esta tierra, es consciente de lo que tenemos. Porque desde las fiestas patronales hasta el Castillo; desde nuestros museos al teatro Chapi; desde su folklore (ahora olvidado) hasta su patrimonio y su historia; su gastronomía, que es muy rica y variada (con magníficos restaurantes que dan fe de ello). Con estos ingredientes podemos conseguir que Villena sea un referente turístico, aunque esto parece no importarle a nuestros gobernantes.
Sin ir más lejos, este año es el 50 aniversario del descubrimiento del Tesoro de Villena, de nuestro Tesoro, orgullo de los villeneros. Todo un icono turístico de nuestra ciudad, con miles de visitantes anuales. ¿En qué oferta turística hemos reflejado semejante aniversario y semejante joya? En ninguno.
Así las cosas, Villena ha vuelto a FITUR, y ¿cuál ha sido nuestra oferta? ¿Qué atractivo hemos ofertado al turismo para que la gente se interese por nuestra ciudad? ¡Nada! ¿Cultura, patrimonio, gastronomía? Lamentablemente, no. Es triste ver como todo este potencial que tiene Villena para atraer al turismo ha pasado a un segundo o tercer plano. Nuestro ayuntamiento, con Mercedes Menor, ha estado allí y se nos marchó a Madrid con un par de pósters de un concierto de rock bajo el brazo. Esa ha sido nuestra oferta en todo un FITUR. Las declaraciones de la representante de Turismo, Mercedes Menor, van del esperpento al surrealismo. En una feria donde las ofertas turísticas son bestiales, donde la competencia hace que los touroperadores luchen, peleen y disputen la más mínima plaza hotelera. Con ofertas espectaculares, donde se trata de ganar al cliente en una lucha cuerpo a cuerpo. Y a nosotros se nos ocurre promocionar a una empresa privada de eventos musicales. Este empresario debe estar besándole la mano al alcalde.
La oferta turística de nuestro pueblo para todo este año es tan limitada como absurda: un concierto de Punk-Rock, oferta estrella de Villena. Con todo, aún nos dice justificando su mala gestión en esta feria de turismo que solo se ha gastado 300 euros; y además que sí había un folleto promocional. A todos los empresarios, que hemos o seguimos exponiendo en ferias nacionales e internacionales, oír semejante planteamiento y justificación solo nos lleva a pensar que esta representante política se ríe de nosotros. También nos cuenta que una vez allí ha hablado por segundo año consecutivo con los touroperadores. Eso está muy bien. Y yo me pregunto, ¿para qué? ¿Qué les ha ofrecido nuestra concejala a Soltour o a Iberojet o a Iberia. ¿Un poster del Aupa Lumbreiras? ¿Ese folleto? De ser así, estos touroperadores de los que nos habla se habrán reído un buen rato, lamentablemente ya no de ella, sino del pueblo de Villena. Nuestra oferta turística fue para caerse de risa; solo hubiera faltado que nuestra concejala les hubiera entregado el Manual del Buen Curandero.
Para poder vender y ofrecer Villena y todo su atractivo turístico, primero hay que creérselo. Además hay que sentir este pueblo, a sus gentes. Hay que sentirse parte de él, hay que llevar esta tierra muy dentro, su cultura, su gastronomía, sus fiestas, su tesoro, su castillo. Si no crees en ella, si no la sientes, si el 15 de agosto no hueles a fiestas, aunque no te gusten, entonces no lo puedes entender y mucho menos vender. Partiendo de ahí, dudo que la forma en la que hemos estado presentes en FITUR tenga alguna respuesta.