Hijos de la Gran Bretaña
Abandonad toda esperanza, salmo 330º
A mis amigos Javi (admirador de Christopher Nolan) y Olga (asistente de Ridley Scott)
Si hace unos años alguien me hubiese dicho que llegaría el día en que las mejores películas del verano (¿y del año?) serían no solo un par de blockbusters, sino además secuelas, no le habría creído. Pero hete aquí que ese día ha llegado, gracias a que o Hollywood se ha hecho mayor y a fuerza de meter la pata ha logrado que algunos de sus megaestrenos alcancen la mayoría de edad, o el que se ha hecho mayor he sido yo, y de tan mayor ya me da lo mismo ocho que ochenta. Eso sí: secuelas... sí y no. En el caso de El caballero oscuro: La leyenda renace, lo que Cristopher Nolan nos ofrece no es una entrega más a rebufo del éxito de las anteriores, sino el culmen de una trilogía diseñada como tal: una historia río con la que el cineasta británico ha llevado a cabo una deconstrucción de la figura del superhéroe, y siendo fiel a su esencia se ha tomado las licencias necesarias para que lo que funcionaba en los cómics acabe funcionando igual de bien en la gran pantalla, demostrando que el acierto de Bryan Singer de sustituir la licra de colores por el cuero negro en X-Men fue solo el primer paso. Así, el Batman de Nolan refleja los temas que preocupan a la sociedad occidental, como el terrorismo y la crisis económica; y ya les digo que si la censura que el gobierno de Rajoy empieza a aplicar a la televisión pública hubiese llegado ya a los cines, este llamamiento a la revolución armada nunca se habría estrenado aquí. Todo ello sin perder de vista que el público quiere ruido y furia, y sin hacer concesiones como ese 3D que el director se niega a utilizar. Gracias, señor Nolan, por eso y por todo lo demás.
Mientras Nolan, que es mucho más joven (nació en 1970), se resiste a según qué nuevas tecnologías, un veterano como su compatriota Ridley Scott (cosecha añeja de 1937) sigue estando a la última, 3D incluido, después de 35 años de carrera. Ahora, después de demostrar una capacidad de adaptación asombrosa a toda clase de géneros, vuelve al que lo consolidó como un cineasta a tener en cuenta: la ciencia ficción. Porque además de preparar una segunda parte de Blade Runner, su reciente Prometheus viene a ser una suerte de precuela de la fundamental Alien, para el que esto firma una obra maestra incontestable. La pregunta es: ¿puede disfrutarse de su último film sin haber visto las otras entregas de la saga? Pues sí, pero gozarán mucho más aquellos espectadores que vayan con los deberes hechos y sepan quién es Ripley, qué es un space jockey y qué quiere la corporación Weyland. Sea como sea, Prometheus es una película espléndida con ecos de otros títulos del género (particularmente, 2001 y la citada Blade Runner), y mucho más compleja de lo que aparenta a simple vista. Y me pregunto: ¿tardarán mucho en darle a Sir Ridley Scott ese Oscar que todavía se le resiste? Yo creo que no.
Por lo general, el cine inglés ha tenido bastante mala prensa, y no hay "Free Cinema" que valga: siempre se le ha considerado el hermano pequeño de los cines europeos. Como mucho, se le veía como una cantera de grandes actores que acababan emigrando a Hollywood para ser nominados al Oscar, ganarlo a veces, y montarse en el dólar a poco que pudieran. ¿Y no será que los cineastas británicos hacían lo mismo, y por eso su cine no ha acabado de despuntar? Porque otro gallo les cantaría si gente como Ridley Scott o Christopher Nolan no hubieran abandonado su patria después de filmar Los duelistas y Following respectivamente y siguieran haciendo peliculones 100% ingleses sin salir de las islas. Vaya par de hijos de la Gran Bretaña.
El caballero oscuro: La leyenda renace y Prometheus se proyectan en cines de toda España.