Historia de una nueva recuperación arqueológica para Villena
Pepe Marco encuentra una piedra de moler cereales que, tras su análisis, cederá al Museo de Villena
El día de Reyes 6 de enero del 2021, salimos a andar por la mañana, mi mujer Ana, su hermana Mari Ángeles y yo, como todos los domingos, cada salida les enseño un recorrido distinto, para que conozcan el entorno de Villena, sus sendas, caminos y otras particularidades de nuestro término, este día salimos por el camino Hondo, a que conocieran por las Tiesas, el viejo río Vinalopó donde está la presa y muro (Azud), que desvía el caudal al nuevo Cauce del Vinalopó, construido en 1907.
A nuestra vuelta pasábamos por la Casa de la Rambla, de Manolo Pascual Gisbert, 65 años, pastor de ganado, que conozco muchos años y cuando les dije de quién era la casa, las dos me dijeron que conocían mucho a sus moradores Manolo y Virtu desde jóvenes, y a ella estaban tiempo sin verla, Mari tocó el timbre y cuando salió Virtu sorprendida por la visita, se alegró y comenzaron entre ellas a contarse historias, (a charrar), luego las invitó a enseñarle la casa y se entraron.
Yo mientras, me quedé observando en su gran patio con preciosos árboles, jardín, macetas, pequeño estanque y fuente, así como otros elementos de decoración propios de estas casas, fue cuando me acerqué a uno de los grandes árboles, concretamente un olmo pomilo, que estaba rodeado con un alcorque en cuadro, hecho de traviesas de vía de ferrocarril, entre muchas macetas, vi una extraña piedra apoyada al tronco, le di la vuelta y rápidamente asombrado me percaté de que era piedra muy interesante, lo que no entendía, de donde habría llegado y como estaba en este lugar.
Al rato llegó Manolo con el tractor que antes yo lo había visto de lejos moviendo un gran montón de estiércol del ganado (voltear la basura), lo saludé, le dije, que las mujeres estaban por la casa contándose cosas, fue cuando entre otros temas le pregunte por la extraña piedra, me dijo, esa piedra la tiene mi mujer entre las macetas, que yo la encontré labrando un bancal en 1992, por el camino de Játiva, como el trabajo era con los topos con unas rejas grandes, hacía un surco de bastante profundidad, una de las vueltas mirando el surco, vi que la punta de la reja había enganchado una piedra, paré, bajé del tractor viendo que no era una piedra normal, la cargué en el tractor y continué mi trabajo, a mi vuelta se la di a Virtu, le gusto y la dejamos entre las macetas de decoración como otras cosas que tenemos en el patio.
Yo me atreví a decirle que la piedra era curiosa, me gustaba y si me la vendería, y me contestó, que estas cosas antiguas yo no las vendo, en todo caso, como son cosas del patio, como las macetas, ya son de mi mujer, se lo dices a ella y si quiere que se la regale a Ana. Nos quedamos hablando de cosas del campo, del ganado, de su historia de pastor, que vino desde Alcoy con sus padres con 4 años a la casa del Matador por Galeno, que ya de niño llevaba el ganado por la zona y el cauce, fue cuando aproveché y le dije de mi investigación sobre las norias de Villena, que tenía 230 registradas, y me dijo, a que no sabes de unas que yo conocía, me comentó que el de joven visitaba las fincas con casas y algunas con noria, por la zona de Galeno y otras, sitios que yo no pensaban que existieron norias, era una de las pocas zonas del término de Villena que yo no había visitado mucho, al día siguiente investigué por las zonas que él me indicó, consiguiendo 7 norias más para mi inventario.
Al rato largo salieron las 3 amigas y Manolo le dijo a su mujer de la piedra que había entre las macetas, me gustaba, si se la vendía, y ella contestó, si te gusta te la llevas, porque yo se la regalo a Ana, yo contento y perplejo así quedamos; Manolo entró a su casa para que viéramos un plano del término de Villena con todas las Vías Pecuarias y otras 14 hojas explicativas de cada vereda, documentación interesante que me dejó para fotocopiarme, de la que he realizado un artículo especial para el libro que estoy acabando. Les dije que volvería con el coche por la piedra, porque íbamos andando y pesaba casi 50 kg., nos despedimos los tres, regresando por el centro del viejo río al pueblo, muy felices por la buena actitud de estas personas sencillas y sin egoísmos.
El 25 de Enero tarde-noche, me acerqué a la casa de Manolo que a esa hora ya no está con el ganado, no me gusta molestar a las personas y más cuando le vas a pedir favores, Manolo me recibió, le devolví el plano y la documentación que me prestó, estuvimos más de dos horas hablando de muchas cosas interesantes, que parece un libro abierto de todo lo que conoce y sabe, para mí, muy valiosas, sus vivencias de pastor, familias, personajes, casas, tierras y sus cosechas, el río y el cauce, las acequias, todavía me contó de otra noria que se había acordado en los Prados de Bulilla. Así tengo 238 unidades registradas. En fin que acabamos la reunión porque se hacía la hora de cenar, cuando me dijo de cargar la “piedra”, porque estaban podando los árboles y la podían romper, Manolo me ayudó y entre los dos la cargamos en el coche, me despedí del matrimonio, les di las gracias por todo, también me habían regalado unas granadas, de las ella hace zumo, y me vine para Villena feliz, con la extraña pieza arqueológica, por los caminos y con una oscura noche de vuelta a casa y ni un alma por la calle. Le llame a mi hermano Pedro, que iba a pasar por su puerta y que bajara a la calle para enseñarle una “cosa interesante” que le sorprendería, la vio y se quedó, boqui-abierto de lo que presenciaba, me dijo, “esto es una joya arqueológica”.
Ahora tengo que decidir qué destino va a tener, esta novedosa joya, 1º que la analicen los técnicos expertos arqueólogos, y 2º ya se hará publicidad y destino con las condiciones que se decida por ambas partes, porque según veo es la base de una prensa doméstica de aceite o de vino, o algo similar por la forma, modelo y calidad de piedra tan envejecida, tiene que ser árabe, romana o los técnicos lo dirán, analizando yo a mi poco entender lo deduzco por ser una zona cerca del camino de Játiva. A la profundidad que estaba, como el cultivo de estos bancales solo se profundizaba con un máximo de 20 o 30 cm., y la pieza estaba a 80 cm., ha estado bajo tierra siglos y siglos puede que no estuviera sola, en la parcela puede ser que exista un yacimiento, o lo no imaginable. Podría ser el principio de una posible investigación. Yo de momento la custodio y espero acontecimientos.
Con fecha de hoy 15 de febrero, después de llevar la “piedra” a los arqueólogos para que analizaran las primeras conclusiones de su época y para que tuvo su destino, me ha concretado la arqueóloga del Servicio de Arqueología de Villena, Luz Pérez Amorós, que se trata de un “molino de cereales”, y que su época podría remontarse al periodo << ibérico- romano>>.
Hoy hemos realizado una visita Luz y yo, a los terrenos donde apareció el molino hace 28 años, para que reconozca la zona, y me ha dicho, que va a plantear que en un futuro debería explorarse en profundidad. Esta “joya arqueológica”, por mi parte tengo decidido que su destino va a ser en un sitio apropiado en el nuevo Museo Arqueológico, para que acompañe a todos los tesoros que nos dejaron nuestros antepasados, y que podamos disfrutarlos villeneros y visitantes.
Por: Pepe Marco Hernández