Historia secreta de la infamia
Abandonad toda esperanza, salmo 157º
Ya desde la primera frase de su última obra, Judenhass, Dave Sim confiesa que cuando en el 2005 se cumplió el sexagésimo aniversario de la liberación de Auschwitz llegó a plantearse si acaso no todo artista debería considerar la posibilidad, por no decir la obligación, de realizar una obra que tratara acerca del Holocausto.
La respuesta del autor de Cerebus, cómic autoeditado que ha hecho historia en el devenir de las reivindicaciones de los derechos de los autores sobre sus obras siguiendo los pasos de gente como Will Eisner o Neal Adams, no se ha hecho esperar: Judenhass -un término germánico cuya traducción literal es "odio a lo judío"- es una novela gráfica breve pero contundente que en apenas cincuenta páginas repasa la triste historia secreta de una infamia, la de toda una tradición cultural de repulsa a lo que significa ser judío, partiendo de una investigación previa dedicada y rigurosa. Así lo demuestra el apéndice de notas, bibliografía y créditos de las fotografías que han servido de base para las ilustraciones de este ensayo en viñetas donde no faltan invitados de excepción como Lutero, Voltaire, Churchill, T. S. Eliot o H. L. Mencken.
Para historia secreta de una infamia, la formulada por el realizador Nicolas Klotz y la guionista Elizabeth Perceval en La cuestión humana, uno de los largometrajes más aplaudidos del cine actual, y que protagoniza un psicólogo encargado de dirigir el departamento de Recursos Humanos de una empresa multinacional. Este sujeto, al que encarna un sobrio Mathieu Amalric, recibe el encargo de vigilar a un directivo de la empresa al que se le adivina una conducta impropia; pero lo que parecía ser una labor rutinaria se convertirá en toda una odisea cuando reciba, de parte de un desconocido, una copia de un documento (real) que se conserva desde 1942: un informe acerca de cómo convertir en instrumentos más eficientes a los camiones encargados de eliminar por asfixia a los judíos de Ucrania y Bielorrusia.
A partir de esta anécdota, la película construye una denuncia de la deshumanización en los grandes emporios de occidente, antes preocupados por la productividad material que por la molesta cuestión humana, proyectando en el presente la conducta de aquellos encargados de aplicar la solución final que habría de acabar exterminando a unos seres humanos convertidos en despojos, en piezas de un engranaje sin alma.
Y digo que la historia de La cuestión humana es secreta, primero, porque el film de Nicolas Klotz opta por trabajar el fuera de campo y la elipsis, sugiriendo apenas algunas de las actividades principales de sus personajes y de la empresa para la que trabajan, así como las cuestiones del pasado que muchos hacen por olvidar; y en segundo lugar, porque como suele pasar con este tipo de producciones arriesgadas, la cartelera acaba por silenciar su denuncia relegándolas a escasas salas repartidas por puntos muy concretos de la geografía española. Esperemos no suceda lo mismo con Judenhass, y los encargados de las librerías especializadas hagan por buscarle un lugar en la estantería de novedades entre X-Men y Naruto.
Judenhass está editado por Ponent Mon; La cuestión humana se proyecta en cines de toda España.