Siempre he pensado que en Educación Secundaria y Bachillerato, y al igual que se imparten además de asignaturas de lengua y literatura de forma obligatoria también otras referentes a la historia del arte o de la música como materias optativas, se debería instaurar más pronto que tarde una asignatura dedicada en exclusiva, sin mezclarla con otras zarandajas, a la historia del cine. Pero desde hace unos días llevo considerando seriamente presentar una propuesta sobre cultura audiovisual en el instituto en el que doy clase, diseñando a tal fin un currículo al respecto. Porque tengamos clara una cosa: si no lo hacemos ya, muchos integrantes de las nuevas generaciones de ciudadanos serán una suerte de analfabetos audiovisuales que desconocerán los conceptos, movimientos y figuras más básicos del calificado como el arte del siglo XX por antonomasia.
En el caso de que una propuesta similar llegase a buen puerto, una obra que resultaría de lo más funcional como libro de texto para quienes cursasen la susodicha asignatura es la recién aparecida La Guía FilmAffinity. Este volumen, primorosamente editado por Nórdica Libros, tal y como su título sugiere nace como una prolongación en formato impreso de la célebre página web FilmAffinity. Esta base de datos española, creada por el crítico de cine Pablo Kurt y el programador Daniel Nicolás hace ya casi veinte años, no ha cesado de crecer en contenidos y en funcionalidad desde entonces hasta convertirse en visita obligada y recurso utilísimo para un gran número de usuarios, tanto aficionados al cine en busca del dato preciso como meros espectadores en busca de recomendaciones que les orienten a la hora de decidirse por una película u otra ya sea cuando van al cine o cuando se quedan en casa dispuestos a tirar de plataformas.
A pesar de superar las cuatrocientas páginas, el libro en cuestión lleva por subtítulo Breve historia del cine. En efecto, hay obras similares todavía más completas y voluminosas -pienso concretamente en las que más consulto yo: las que llevan la firma de Philip Kemp, Mark Cousins o, ya en el ámbito nacional, el clásico de Román Gubern y el más actual(izado) de José Luis Sánchez Noriega que prologa el anterior-; pero como herramienta para introducirse en la historia del séptimo arte me parece excepcional: el trabajo de edición de Daniel Andreas y Miguel Verdú (responsables también de los textos recopilados junto a otros seis autores) es riguroso y no se deja en el tintero ningún episodio fundamental del devenir del cinematógrafo, desde sus orígenes -incluyendo los diversos artilugios que precedieron a los hermanos Lumière, considerados los padres del invento- hasta lo que llevamos del siglo XXI, bautizado en la obra como “la era digital”. Entre un momento y otro, se recoge la época del cine silente -la comedia muda estadounidense, el expresionismo alemán, el cine propagandístico soviético-, la edad de oro de Hollywood en los años treinta y cuarenta, el realismo poético francés, el film noir, el neorrealismo italiano, los primeros clásicos del cine asiático, la aparición del cine latinoamericano y el africano, los nuevos cines europeos (con especial protagonismo para el free cinema británico y la nouvelle vague francesa, por supuesto), el cine de autor europeo, la decadencia de los grandes estudios y la aparición del llamado “Nuevo Hollywood”, y el cine mundial producido durante el último cuarto del siglo pasado.
Como se ve, se trata de un recorrido cronológico exhaustivo, pero a la vez muy ameno, que se articula a lo largo de diecinueve capítulos que cuentan, cada uno de ellos, con un texto introductorio a modo de contexto y resumen de la época o movimiento que recoge, y al que se suman una serie de antologías de reseñas breves pero certeras de los títulos clave de cada uno de ellos así como de otras películas relevantes y/o de interés. A esto se le añade, además de unos índices onomástico y de títulos de gran utilidad, un apéndice con sesenta y seis cintas importantes pero que por una razón u otra habían quedado fuera de la selección previa... hasta recopilar, ahí es nada, un total de 780 reseñas de 793 películas de todas las épocas, producidas en el seno de 58 países distintos y a cargo de 482 realizadores diferentes. Y todo ello, convenientemente ilustrado por carteles y fotogramas varios. El resultado es un libro que considero indispensable para todo amante del cine, y que me gustaría ver pronto bajo el brazo de parte del alumnado de cualquier instituto como libro de texto a seguir y trabajar. Pero eso sí: con sumo placer y entendiéndolo como una fuente casi inagotable de tesoros a descubrir y disfrutar.
Y de una historia del cine ortodoxa como la que propone FilmAffinity pasamos a una alternativa como la que ha elaborado el escritor y editor Javier Ortega en el estupendo Eso no estaba en mi libro de Historia del Cine. Como supondrán por el título, este ensayo forma parte de la colección que publica Almuzara y de la que ya les he recomendado algún que otro volumen con anterioridad; y en sus páginas encontrarán una gran diversidad de datos y anécdotas muchos de las cuales no aparecen en los manuales de historia del cine al uso.
Debo confesar que en un principio no albergaba demasiadas esperanzas ante la presente obra dadas las preguntas que funcionan de gancho comercial en su contracubierta: “¿Sabía que Akira Kurosawa, el director japonés más célebre y admirado, intentó quitarse la vida tras el fracaso comercial de Dodeskaden? ¿Que Martin Sheen sufrió un infarto durante el rodaje de Apocalypse Now, uno de los más infernales que se recuerdan? ¿Sabía que el principal creador del lenguaje cinematográfico era un fervoroso partidario del Ku Klux Klan? ¿Que en 1921 Fatty Arbuckle, uno de los cómicos más célebres de su tiempo, fue acusado de asesinar a la joven actriz Virginia Rappe? ¿Que la actriz Heddy Lamarr, que protagonizó el primer desnudo integral del cine comercial, fue la artífice de la invención que hoy sustenta tecnologías como el WiFi y el Bluetooth? ¿Que hay quienes sostienen que El resplandor, de Stanley Kubrick, contiene una confesión de que la llegada a la Luna fue filmada por el propio director en un estudio?”. Y es que mi respuesta a todos estos interrogantes supuestamente inquisitivos era positiva.
Pero si este es también su caso, no teman: el libro de Ortega incluye muchísimas historias más -trescientas cincuenta páginas dan para mucho-, de las que seguro desconocerán alguna que otra como le ha pasado a un servidor; y se lee con deleite de principio a fin, ya hable del nacimiento de los géneros, el código Hays o el cine de serie B; ya glose clásicos como La ley del silencio, Cleopatra o El Padrino como títulos más actuales como Nueve semanas y media, La lista de Schindler o Una historia verdadera; ya se centre en realizadores tan variopintos como Alfred Hitchcock -cuya efigie ilustra la cubierta-, Ingmar Bergman o Steven Spielberg como en intérpretes tan míticos como Greta Garbo, Lana Turner o Marlon Brando. En resumidas cuentas: estamos ante otro libro la mar de recomendable; y un perfecto contrapunto, divertido y en ocasiones provocador, a los relatos históricos convencionales a propósito del séptimo arte... que, por otro lado y ahora más que nunca, siguen siendo muy necesarios.
La Guía FilmAffinity y Eso no estaba en mi libro de Historia del Cine están editados por Nórdica y Almuzara respectivamente.