II Gobierno Paritario
El día que deje de ser noticia de primera página cuando una mujer (en este caso embarazada) asuma el Ministerio de Defensa, ese día empezaré a pensar que a lo mejor ya no es imprescindible la existencia de una cartera de Igualdad en el Gobierno del país, o una Concejalía de la Mujer en mi ciudad, por poner un ejemplo cercano. Pero mientras esa circunstancia no se dé, nadie logrará convencerme de lo contrario.
Por desgracia, para todas las personas esto no se va a producir de la noche a la mañana, pero al menos es un paso: un paso muy importante en el camino hacia la igualdad real entre mujeres y hombres. Y aunque habremos de esperar para ver los resultados de este nuevo gobierno se nos brindará la oportunidad de ir ensayando respuestas a los posibles errores de las ministras en el desempeño de su labor, pues como muy bien dice Amelia Valcárcel, la igualdad entre los géneros llegará cuando las mujeres puedan cometer los mismos errores que los hombres y no se las insulte por ello.
Para empezar me voy a permitir poner en cuestión a quienes hacen cábalas acerca de si la ministra Chacón, embarazada de siete meses, tomará o no el permiso de maternidad. ¿Han indagado sobre las posibles paternidades de los ministros? ¿Saben que también ellos pueden optar a un permiso por paternidad? Está claro que el embarazo lo llevan a término las mujeres, y por ello, necesitan de un mayor permiso, pero los hijos e hijas son de ambos, y los beneficios que aportan al país los nacimientos repercuten en toda la sociedad.
También quiero cuestionar a quiénes afirman: ¿Cómo va a ser ministra de Defensa una mujer que se ha definido como antimilitarista? ¿No tendrá contradicciones? Bueno; si las tiene es sólo cuestión suya. Aunque también se puede responder: podrá ser ministra del mismo modo que cualquier persona que piense que el mejor sistema de gobierno es una república, pero mientras tanto acepta nuestra Monarquía Parlamentaria. Sé de muchos parlamentarios e incluso algún ministro hombre que así lo ha asumido. ¿Por qué ha de ser ella diferente? ¿Acaso hombres y mujeres no estamos hechos de la misma pasta?
En fin, concluyendo: el día que las mujeres tengamos la mitad de todo. Sí, absolutamente de todo. El día que tengamos la paridad no sólo en el gobierno, sino también en el empleo, en los salarios, en los puestos directivos de las empresas, en las cátedras de las universidades, en la riqueza, en las tareas domésticas, en el cuidado de las personas El día que tengamos la paridad en todo, sin necesidad de leyes que obliguen a ello Ese día sí se podrá prescindir de concejalías y carteras ministeriales de Igualdad o de la Mujer, pues, entonces Ya no serán necesarias.
Rosalía Sanjuán
Colectivo Luna de Mujeres de Villena