Querida tórtola: Sé que tú y toda tu familia, gorriones, jilgueros, mirlos, murciélagos
voláis desconcertados alrededor de mi cuello mutilado. Os he visto año tras año anidar, crecer y aprender a volar entre mis frondosas ramas y os echaré de menos, igual que vosotras a mí.
He tenido el privilegio de vivir durante generaciones en un lugar desde el que he podido contemplar cómo trascurría un cachito de la vida de nuestra ciudad y de sus gentes. Recuerdo bajo mi sombra a muchos guardias civiles comprometidos con su deber con el orden público, y algunas escenas que tuve que vivir durante la dictadura pero que pude ir olvidando cuando vino la democracia.
Cuando cambió el uso del espacio que me acogía, sentí músicas, conciertos, bailes de enamorados, rock duro en su más alta expresión. También festeros ardientes, madrinas y regidoras ilusionadas, políticos defendiendo sus posturas, niños y niñas disfrutar aprendiendo las normas de conducción vial y un sinfín de eventos. ¡Qué feliz que me he sentido coronando ese escenario municipal que hicieron otras gentes que sí sabían de la importancia de defender y conservar también el patrimonio natural y supieron integrarme en su construcción!
También llegaba hasta mí el vapor de las primeras máquinas de tren que fueron evolucionando del carbón a la máxima velocidad eléctrica, transportando a millares de personas y mercancías. Ya jamás volveré a sentir los movimientos de llegada y salida de mi vecina estación.
He soportado nieves, vendavales y nuestro calor tórrido y he superado enfermedades y podas, pero nada he podido hacer frente a la sierra que me ha talado. ¡Con lo bien que hubiera seguido viniendo mi sombra a muchas personas después de salir de la piscina o para descansar tras una partida de pádel!
Adiós querida tórtola, a pesar de haber vivido más de dos siglos es triste no morir de vejez. Me encontraba todavía espléndido y frondoso, fuerte, pero he sido ejecutado, a un metro de la calle, por la insensible voluntad de unos mandatarios municipales que quizás dentro de un año estén fuera de su trono dictatorial.
