Indefinición del Partido Popular de Villena ante la retrógrada propuesta de reforma de la Ley del Aborto

El pasado jueves 30 de enero, el Grupo Municipal Socialista llevó al Pleno ordinario de dicho mes una moción de rechazo de la reforma de la Ley del Aborto que pretende aprobar el PP en las Cortes, en defensa del derecho de las mujeres a decidir libre, consciente y responsablemente sobre su maternidad.
Una vez presentada la moción, el resto de grupos del equipo de gobierno expresó, a su vez, el rechazo al cambio de la Ley actual. A lo que respondió el Partido Popular argumentando que esa Ley estaba avalada por la mayoría de españoles ya que aparece en el Programa con el que el PP ganó las elecciones mayoritariamente.

Isabel Micó aludió al derecho de las mujeres a decidir, calificando Micó ese derecho de “fundamental”, adjetivo que Valiente y Lledó interpretaron como un término legal y, por tanto, inadecuado para referirse a tal derecho, provocando sus risas que fueron continuadas en la bancada conservadora mientras se trató esta moción. Isabel Micó les recordó que estaban solos en esto, eso sí, acompañados por la Iglesia Católica en un país aconfesional y por la extrema derecha francesa de Le Pen, pero solos en Europa y divididos en su partido.

Valiente aludió a la conciencia de quienes entre el equipo de gobierno se declaran católicos, olvidando que su conciencia debería haberle hecho votar en contra de esta moción, tanto a él como a todo su grupo ya que, como él mismo manifestó, la intención de modificar la Ley de Zapatero va en su programa electoral. Si para el PP ser católico es sinónimo de rechazar la actual Ley del Aborto, el grupo popular no debería haberse abstenido ante la moción del PSOE: debería haber votado no. Pero el miedo a la impopularidad que esta reforma está produciendo en la ciudadanía les llevó a olvidar su conciencia y abstenerse en bloque.

No le parecía asunto suficientemente importante para ser tratado en un Pleno por no ser competencia del Ayuntamiento. A lo que respondió Isabel Micó que el Pleno ha de tratar lo que es importante para la ciudadanía. “Con la reforma de la actual Ley se volverá a la situación anterior a 1985, una mujeres recurrirán a la clandestinidad, con la consiguiente falta de garantías sanitarias, y otras, las pudientes –y las de derechas– viajarán a Londres, Lisboa, o cualquier otra ciudad donde garanticen su seguridad sanitaria y legal”.

La Ley Zapatero regula la interrupción del embarazo como lo hacen países occidentales de nuestro entorno, y como corresponde a un país democrático y aconfesional como el nuestro. Es una Ley que está funcionando bien. Es la legislación que permite recurrir a dicha interrupción en determinadas condiciones y con garantías, y que, por supuesto, pueden evitar todas aquellas mujeres que, aún en el caso de malformaciones, quieran seguir adelante con sus embarazos.

Para ellos, para los nacidos dependientes, también el gobierno Zapatero articuló medidas que el PP está eliminando. Porque, como se le recordó a Valiente en el salón de Plenos, “no quieran preocuparse más de los no nacidos que los nacidos, preocuparse de la vida no acaba cuando alguien nace”.

El PSOE ha apoyado el movimiento el Tren de la Libertad que el viernes partió de Asturias y ha congregado en Madrid a miles de mujeres y hombres defendiendo la actual Ley del Aborto. Mujeres y hombres de Francia y otros países europeos se han sumado a este clamor en solidaridad con las mujeres españolas, y con el afán de que nuestro país mantenga el nivel de libertades conseguidas en los últimos treinta años con los gobiernos socialistas.