Cartas al Director

Indignación ante la gestión de la venta de entradas para la corrida de toros (Carta al director)

Quiero expresar mi disconformidad por el modo en que el pasado sábado comenzó la venta de entradas para la corrida de toros del día 10 de abril. Y mi queja es tanto por la falta de educación de quienes quisieron comprar entradas sin haber guardado cola, como por el hecho de que se vendiera sin un máximo por persona y por la incapacidad de las fuerzas de seguridad para poner orden.
Mi padre acudió a las 6 de la mañana para coger turno en la fila. Posteriormente yo fui a relevarlo a las 8 y me quedé a la altura del bar Edén, pero la cola llegaba a la pirámide y faltaban aún 2 horas para abrir las taquillas. Todos sabíamos quien iba delante y detrás de nosotros y creíamos que había un tope de entradas por persona, se rumoreaba que 8. Allí no había nadie que organizara la única cola existente.

Pensábamos que esa fila se repartiría entre las dos taquillas. Pues bien, cuando a las 10.15 horas se abrieron las taquillas (15 minutos de retraso made in Spain), los últimos de la cola –que habían llegado apenas a las 9.30– y posteriormente listillos de la cola (que estaban justo delante de mí) hicieron una cola en la segunda taquilla, que además vendía mas entradas que la primera donde se hizo la cola.

Esto produjo la indignación de personas que estaban allí desde las 3 o las 5 de la mañana y también la mía, que estaba en el puesto ocupado por mi padre a las 6 de la mañana. La cola “fraudulenta” seguía comprando entradas y la gente llamó a la Policía Local y a la Guardia Civil.

Nuestro asombro fue ver que la Guardia Civil se negó a disolver la fila fraudulenta de listillos, sinvergüenzas y caraduras, diciendo la barbaridad de que ellos no tenían autoridad para hacerlo. Vergonzoso. Peor aún fue cuando la gente de la primera cola se encaró con los agentes, y estos lo que hicieron fue cerrar las dos taquillas casi tres cuartos de hora, para hacer más agónica la espera y la desesperación por los sinvergüenzas estos, típicos de países mediterráneos (así nos va y nos irá siempre).

Bueno, pues aún hay más. El empresario encargado de la venta de entradas no puso límite en la venta de entradas, algo inaudito con una cola de más de 1.000 personas. Así la gente compraba 40 entradas, 20 entradas, etc. Pero hubo todavía más picaresca, la gente pedía a los de cerca de las taquillas que les compraran sus entradas; de modo que las colas no avanzaban y además se agotaron todas las entradas asequibles.

La gente se iba a su casa indignada y cabreada, con más razón que un santo. Así quiero volver a reiterar mi indignación ante tal cúmulo de despropósitos, dignos de gente sin educación, sin formación y sin ética. Decir también que la Guardia Civil y los policías municipales están para poner orden, no para gastar gasolina paseándose con el coche sancionando a la gente de bien, que es la que contribuye para que les paguen sus salarios.

Y por último me duele decir que se gasten este dinero en esta plaza y que gente que ama la tauromaquia se quede sin entrar, y que sinvergüenzas que compraron 40 entradas ahora hagan el agosto vendiéndolas a más precio. Me despido con tristeza porque esto no me ha sorprendido nada, porque España es diferente.

Fdo. Antonio Domene Navarro

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