Todo el mundo espera fervientemente el verano, que se está haciendo de rogar este año, pero que nos traerá como todos los años temperaturas elevadísimas en la ciudad de Villena. Junto con la escasez de precipitaciones y otros factores que retomaré en este artículo podemos aventurar también la llegada de incendios.
En los últimos años y a los hechos me remito hemos podido presenciar lamentablemente incendios forestales como el que se originó en Onteniente, en agosto de 2010; el que arrasó cerca de 100 hectáreas en Bañeres de Mariola, en julio del año pasado; o el de la localidad de Torremanzanas, también en Alicante, donde pudimos lamentar incluso dos muertes y la pérdida de 600 hectáreas; entre otros muchos.
Cada vez que escucho noticias de esta índole rezo para que no suceda sobretodo en el pulmoncico de Villena, nuestra Sierra Salinas. Ayer tuve que presenciar un pequeño incendio en las inmediaciones del Instituto Hermanos Amorós, al que tuvo que asistir el cuerpo de Bomberos y el de la Policía Local para poder sofocar las llamas, y me volvieron a asaltar cuestiones referentes al origen de los incendios y al cuidado de nuestras montañas.
Probablemente no sea la causa original el limitado mantenimiento, sino otros factores como cigarrillos mal apagados, u otras negligencias humanas con nefastos finales, pero de la condición de los bosques y la limpieza de los mismos depende en un grado elevado el resultado de estas causas.
Ante esta situación y otras muchas que se pueden prever, los encargados de salvaguardar y mantener las zonas forestales de nuestro pueblo y otras zonas de vegetación de menor envergadura, deberían cuestionarse si se encuentran en condiciones para poder afrontar un verano con altas temperaturas y bajas, o nulas, precipitaciones.
Puesto que se trata de un gobierno ecológico el que nos administra, debería tener más en cuenta aspectos como éste, ya que sería muy desagradable que tuviéramos que lamentar un incendio en nuestra zona por un insuficiente mantenimiento de nuestros montes.
Fdo. María del Carmen Azorín García
