Ingresó Cadáver, el Castillo y las Villenerías
Esta misma noche de viernes, Dani Martín y cena PSOE mediante, las Jornadas Gastronómicas Villenerías del restaurante Warynessy nos ofrecen una ocasión singular para disfrutar de una magnífica noche de primavera. En la explanada del Castillo de la Atalaya contaremos con la actuación de los míticos y veteranos (pero no cartonianos todavía) Ingresó Cadáver, entre otros. Unas jornadas diferentes en espacio y forma aunque con la misma esencia de los últimos quince años: gastronomía patria (chica) acompañada con productos artísticos de la tierra.
Si ustedes, queridas personas, son demasiado jóvenes como es mi caso, o demasiado mayores como es el caso del Fraile, puede que desconozcan o no conozcan demasiado el trabajo musical de Ingresó Cadáver. Un grupo que en lugar de aparecer de la nada surgió en plena euforia del rock estatal y local. En aquellos tiempos en que algo denominado Pop-Rock acogía en nuestra ciudad grupos como Brasa, Hysteria, Fauces de Satán, Maniática
Ingresó Cadáver se iniciaba entonces con un estilo más pop que el resto de grupos en su Ciudad de las Moscas. Se trataba de una formación de trío guitarra/voz, bajo y batería compuesta por José Antonio Tomás, Javier Parpal y Jesús Ferrándiz. De los tres solamente el primero ha continuado hasta hoy, atravesando los diferentes estilos musicales del conjunto. Una creación de estilo que ha ido creciendo con la incorporación de nuevos componentes. Primero fue el bajo de Juanjo Reig, contundente y rítmico, tomando cada año más importancia en la estructura de los temas. Luego la guitarra de César Colomer, aportando rápidos y coloristas ritmos funk. Con esta formación aparecería en 1998 el disco Armas de Casa, editado por Free Records. Desde ese momento nos encontramos con un nuevo giro, César abandona el grupo y es sustituido por David Tomás y sus pedales e instrumentos capaces de todos los sonidos marcianos posibles. También Jesús deja paso a su hermano Rafa Ferrándiz con la batería. Un nuevo estilo va surgiendo y en medio de todos estos cambios continúan las letras y melodías de José Antonio combinando felizmente con el campo de batalla que plantea el resto de instrumentos. Llega la hora del Hombre Comestible, un disco de edición limitada aparecido y presentado en tres ocasiones en el año 2006. Desde entonces el grupo ha seguido trabajando en silencio, la ausencia de Juanjo se ha cubierto con el bajo de Lolo (compañero de David y Rafa en el grupo Al final de la escalera).
Así que tras cinco años de creación creo que el concierto de esta noche puede ser una gran sorpresa para quienes incansablemente hemos seguido las andanzas de Ingresó. Una gran ocasión para escuchar su trabajo si es que ustedes, queridas personas, por aquellas remotas casualidades todavía no lo han hecho: descubrirán un tesoro en letra y música, un grupo con profesionalidad y experiencia (jejejeje).