Israel, 14 años (III)
Se ha acabado el colegio y el verano se presenta como una interminable e insípida sopa caliente de modo que Darío que es de Nicaragua pero que es tan blanco como tú y como yo y le gusta leer libros de inventos y torturas y cosas así Pájaro que en realidad se llama Paco pero que tiene una mirada hipnótica como la de un águila y sufre de convulsos ataques epilépticos bastante desagradables
y yo que tengo esta malformación en la cadera que me impide correr y por eso me llaman no sin clara y cariñosa mala leche Quasimodo como el ignorante y simpático y manipulado jorobado de la película pues como iba diciendo se ha terminado el instructivo periodo de internamiento escolar y ayer nos juntamos los tres en casa de Pájaro y mientras jugábamos unas partidas al penoso Vampire Rain Altered Species empezamos a sincerarnos y a hablar de cosas que nunca antes habíamos hablado como nuestra debilidad por morder a la gente una afición que había ido creciendo y que llevaba camino de convertirse en una obsesión aunque en nuestra defensa hay que decir que hasta el momento solo habíamos mordido a personas desagradables y claramente perjudiciales para eso que llaman La Sociedad de modo que no era arrepentimiento ni nada parecido lo que sentíamos sino cierta turbación por reconocer abiertamente algo que parecía negativo pero que los tres vivíamos con gran intensidad en nuestro interior y así fue como al comentarlo sin mentiras ni disimulo creció entre nosotros una confianza que nos llevó a plantearnos que quizá lo mejor era planificar bien nuestras acciones mordedoras para evitar equívocos y falsas interpretaciones ya que no es fácil de entender que tres chicos de catorce años se dediquen a ir por ahí mordiendo a determinados sujetos por otro lado bastante despreciables de modo que decidimos crear unas reglas claras y contundentes como Primera nunca morderíamos a una persona inocente o desvalida Segunda nunca morderíamos a traición sino dando la cara y con orgullo Tercera siempre morderíamos en grupo y por sentido del deber y nunca a modo personal y como diversión Cuarta siempre morderíamos cuando hacerlo suponga una ventaja manifiesta para eso que llaman La Sociedad y Quinta nunca utilizaríamos el acto de morder en beneficio propio y así fue como nada más poner las bases de nuestra banda o clan de liberación o como queráis llamarlo empezamos a valorar nuestra primera gran mordida como grupo organizado considerando que la primera tendría que ser significativa y directa y que dejara un mensaje claro a la ciudadanía y en eso estábamos cuando entró en la habitación la madre de Pájaro que es de esas madres que quieren a sus hijos a base de golpes e insultos y que no paran de humillarlos hasta que los convierten en sombras solitarias y por su cara todos vimos que iba a decir alguna barbaridad pero no le dio tiempo porque ya estábamos los tres desgarrándole la carne y aunque sabíamos que quizá estábamos desobedeciendo los puntos Tercero y Quinto todos pensamos que un último asunto privado no empañaba la claridad y bondad de nuestros planteamientos y que mañana empezaríamos a hacer el bien público y a liberar Villena de la maldad que cada día crecía más y más y más