Javier Esquembre: Los problemas burocráticos y administrativos te generan mucha frustración, pero me quedan ilusión y ganas por seguir
La legislatura encara su recta final. En menos de un año los ciudadanos volveremos a ser llamados a las urnas para elegir un nuevo ayuntamiento, y ha llegado el momento de hacer balance, junto al alcalde, de los tres años de gobierno Verde, así como de las perspectivas para el ejercicio que queda.
¿Qué valoración hace de estos tres años de mandato?
Hay una sensación de llevar a cabo mucho trabajo para responder a las necesidades de la ciudad, limitado, eso sí, por cuestiones de procedimiento que nos impiden llegar a todo lo previsto por falta de personal o cumplimiento de normativas, lo que nos genera malestar por no poder cubrir al 100% las cosas del día a día. Pero en líneas generales se ha podido responder a problemas como licitaciones, superación de la deuda, inversiones financieramente sostenibles, piscina, etc. En definitiva, una sensación muy positiva no exenta de cierta dosis de frustración por esas limitaciones administrativas.
¿Está satisfecho con el grado de cumplimiento del programa electoral Verde?
Medianamente. Estando a tres cuartos de legislatura, estaríamos hacia la mitad de su cumplimiento, lo cual nos obligará a afrontar el último año con una mayor intensidad.
¿Y con la labor de todos sus concejales?
Estoy satisfecho con su entrega, porque todo el mundo rinde al 200%, sin dejar de admitir que hay concejalías con mayor atasco por falta de personal y problemas de tramitación.
¿Qué podemos esperar del año que queda antes de elecciones?
Existe una voluntad de generar un Plan de Ciudad, junto a oposición y tejido social, para que cuestiones como el agua, las infraestructuras o los servicios estén consensuadas y marquen un camino que no dependa de vaivenes políticos ni acaben convertidas en ariete para arremeter unos contra otros. Comprendo que a veces, por posicionamientos ideológicos, es difícil, pero es un esfuerzo que merece la pena y vamos a intentar abordar. Al margen de eso, nos toca afrontar, otra vez con apremio de plazos, las inversiones financieramente sostenibles, o la incorporación de los presupuestos participativos, por lo que toca un año de cerrar muchos de los proyectos aún pendientes.
Hablando de presupuestos participativos, ¿no cree que se ha trasladado a la ciudadanía la responsabilidad de elegir sobre cuestiones que debería acometer sí o sí el ayuntamiento?
No ha sido así, puesto que esas propuestas no surgen del equipo de gobierno, sino que ha sido la propia ciudadanía la que las ha propuesto. Sí que es cierto que han salido elegidas cuestiones que el ayuntamiento debe asumir sí o sí, lo que se va a traducir en un mayor empeño, si cabe, en esas áreas.
¿Conseguirán demostrar que un servicio de limpieza municipalizado es mejor que uno privado?
Sí, no tengo ninguna duda. Contamos con mayor presupuesto, porque una municipalización supone ahorrar costes como el IVA y el margen de beneficio empresarial, y además confiamos en solucionar pronto el problema de personal. Pese a las bajas, estamos mejorando en prácticamente todos los indicadores, así que la lógica dice que cuando tengamos la plantilla al completo la cosa irá a mejor. Provisionalmente solventaremos la situación con la ETT, pero en un par de meses la bolsa de trabajo estará en marcha y se notará mucho.
Pero parece innegable que ha habido falta de previsión a la hora de gestionar la bolsa de trabajo, que podía haberse publicado hace meses
Eso nos lleva a los problemas administrativos de los que hablábamos antes. Se planteó la gestión de la plantilla, pero nadie esperaba tener que lidiar con 12 bajas al mismo tiempo, y cuando pones en marcha la maquinaria para crear la bolsa te encuentras con lo lento y complicado que es el proceso técnico-administrativo, que es lo que ha generado este atraso.
El problema de las bolsas también afecta a servicios muy necesarios, como la atención a la dependencia
La cuestión de personal, que puede marcar el éxito o el fracaso de una gestión, es de las que más dificultades ha tenido esta legislatura, por bajas, problemas de tramitación, limitaciones administrativas, etc. Ahora estamos abriendo bolsas que no existían o actualizando algunas que tenían 20 años, es la punta de un iceberg que ha crecido con el tiempo y se va sacando lo que se puede, porque los recursos del departamento son limitados. El año pasado se sacaron 6 o 7, y este llevamos 10 en marcha arquitecto, limpieza, conservatorio, conserjes, etc.
Pero el caso de la dependencia es muy grave, tanto por la necesidad de las familias como por el hecho de que haya empeorado mucho una situación que ya denunció el Síndic de Greuges
Ante un evidente déficit de personal, se han buscado soluciones, y el año pasado se contrató a una persona para agilizar estos trámites. Fue insuficiente, pero era la solución que se le podía dar en ese momento. Ahora nos encontramos un cambio de procedimiento y tenemos que buscar otra salida legal para poder contratar otra vez de manera provisional hasta que nos permitan ampliar el departamento de forma definitiva.
Un tema constante en el debate son las subvenciones perdidas, especialmente en Desarrollo Económico
El problema es definir como pérdida lo que son tramitaciones que a veces se dan y a veces no. El trabajo está ahí, con los talleres y planes de empleo puestos en marcha, que han permitido contratar a más de 60 personas. Es cierto que hay un caso concreto en el que tenemos una discrepancia con el Servef, y estamos estudiando si presentar o no un contencioso contra su decisión
Podíamos no haber pedido ese plan y entonces no lo habríamos perdido. En unas ocasiones, el punto de corte ha quedado por encima y lo aceptamos, y en otras se ha conseguido. Más que hablar de perder, valoraría que hemos sido muy valientes presentándonos a todas las convocatorias que salían.
Tampoco es fácil de entender la subida del agua un 21% pese al superávit
La ciudadanía debe entender que los gastos de un servicio deben compensarse, aunque el ayuntamiento pueda asumir una parte. Y un porcentaje importante de las inversiones que necesita la ciudad seguirá saliendo del presupuesto municipal, pero el resto tiene que salir de la tarifa, y de ahí la subida, que será de 1 a 2 euros al mes según el consumo. No olvidemos que está en juego garantizar el suministro de agua, que es fundamental, y mejorar la gestión de las aguas pluviales y residuales. Durante un contrato de 8 meses se harán los estudios para determinar cuáles son las inversiones necesarias, y un posterior contrato más largo se encargará de acometerlas.
¿Descartamos entonces la municipalización del servicio?
No me atrevería a decir descartar. Sobre la mesa, contemplamos la creación de una empresa mixta o una nueva licitación, pero para tomar la decisión habrá que conocer el resultado de los estudios a realizar durante los próximos meses.
Existe una sensación de enfado generalizado, entre parte de la ciudadanía, respecto al estado de parques, jardines, alumbrado, etc.
Hay una doble vertiente. Por un lado denuncias exageradas y sin sentido de gente que se queja de todo, y por otro la realidad. Ahora mismo la mayor parte de los parques están preciosos, pero haber estado trabajando en ellos significa que aún no se ha podido trabajar en otros. Y en este sentido tenemos que volver a hablar de falta de personal y dificultades de contratación. En la parte que la ciudadanía tiene razón, sobre los desperfectos o problemas de alguna zona concreta, confío en que con el nuevo presupuesto sea todo mucho más ágil y aceleremos las reparaciones básicas, y además las inversiones financieramente sostenibles nos permitirán actuar en mayor profundidad, instalar nuevos juegos, etc. En cualquier caso, toca pedir disculpas por aquellos problemas que no hayamos logrado solventar en el tiempo deseado.
Esa sensación de enfado no se limita a particulares. Hemos visto malestar en clubs deportivos, Junta Central, asociaciones vecinales, artesanos festeros
¿Qué puede decir al respecto?
Separando un interés que responde más a generar polémica o buscar rédito político, nos encontramos ante un escenario normativo impuesto por administraciones superiores que es mucho más exigente con el funcionariado. Hemos pasado de hacer lo que se quería a quitar la subvención a un club porque no presentó un ticket de un café. El problema con los clubs está resuelto casi en su totalidad, y lo que se dijo se cumplió tres días más tarde, pero parece que estaban con el cronómetro en la mano y se pasaron de frenada. Cuando cosas que antes se hacían de una manera ahora te obligan a hacerla de otra, se causa problemas a la población y a nosotros como equipo de gobierno nos duele, pero no queda otra que asumir ese rigor administrativo, que no obstante va en beneficio de la ciudadanía, porque hablamos de mayor control y supervisión de todo. También me gustaría que el funcionariado, sin incumplir normas, nos dejara respirar un poquito, pero no ha sido así.
Ha sido una constante esta legislatura justificar todos sus problemas en la herencia recibida, el techo de gasto, los problemas burocráticos y de personal
¿No cree que ha faltado algo de autocrítica?
Ha habido de todo. Al igual que algunas cosas están mal, hay otras que están mejor. Cuando dos jardineros arreglan un parque, seguramente están dejando de arreglar otro que también lo necesita
pero es que tenemos dos jardineros, no cuatro. Debido a esos problemas, nuestra capacidad de reacción ha sido muchas veces insuficiente, pero creo que a partir de ahora va a ser mejor. Es cierto que hay cosas que mejorar, pero pediría a la ciudadanía que además de criticar lo criticable sea también capaz de apreciar lo que está mejor.
Dice que todo mejorará con el próximo presupuesto
¿Para cuándo estará? ¿Nos van a llenar de obras en año electoral, como es costumbre?
Ni me explico que en mayo aún no lo tengamos, porque el debate político hace tiempo que está cerrado, pero volvemos a los problemas administrativos de siempre. Espero que esté aprobado en junio, porque intenta responder a ese enfado de la ciudadanía aumentando la inversión en calles, aceras, accesibilidad, etc., al tiempo que acomete proyectos mayores como los EDUSI, que afectarán al casco histórico y el barrio San Francisco. Van a volver las obras, pero no por ser último año, porque recuerdo que hace dos ya hicimos grandes inversiones, las primeras en cuatro años, porque fue cuando tocó, no porque hubiera elecciones. El año pasado no fue posible por el freno del gobierno central, que este ejercicio sí lo permite.
¿Volverá Javier Esquembre a ser candidato a la Alcaldía? ¿Sigue con ilusión o está harto ya?
Ahora mismo no lo sé. Los dos últimos años han sido difíciles por esas trabas no políticas, sino administrativas, que no te permiten actuar como te gustaría. Producen muchas disfunciones que van en contra de la ciudadanía, y eso como político es algo que te crea mucha frustración. Pero solucionado eso, ilusión y ganas quedan, aunque es una cuestión que me toca decidir, primero a nivel personal, y posteriormente junto a la Asamblea Verde.