Cartas al Director

Josefina Soria, a la que tanto queremos

En la mañana del 30 de abril se quebró para siempre la voz poética de Josefina Soria. Su muerte ha supuesto un duro golpe para las personas que la amaban y también para aquellas a las que un día acercó la luz de la poesía y de la literatura a través de sus libros.
Nacida en Albacete en 1926, vivió toda su infancia, adolescencia y juventud en Villena, donde se casó con un villenero: Marcelo López Montilla. Tras su boda residió en Cartagena y, últimamente, en Murcia, pero se sintió siempre villenense de adopción. Sus viajes a Villena, donde residían los familiares de su esposo y los múltiples amigos de ambos, eran frecuentes. Sus cenizas vendrán aquí en breve, para descansar junto a las de su esposo en el panteón familiar.

Amiga personal de Carmen Conde, su labor literaria y de difusión cultural han ido juntas, multiplicándose en el tiempo. Josefina Soria fue sin duda una de las personas que mejor conoció a nuestra académica. De ahí que en 1990 preparase Tu voz reflejada, libro homenaje a Carmen Conde. A su vez, en su libro de memorias Por el camino, viendo sus orillas, Carmen Conde habla de Josefina Soria con respeto y mucho cariño. La sitúa al lado mismo de grandes escritores como Juan Ramón Jiménez. Y destaca en ella su enorme generosidad, al darse a los demás sin pensar apenas en ella misma. No puede haber un retrato humano más cabal de Josefina Soria, realizado, además, por una de sus mejores amigas y escritoras más admiradas, la universal Carmen Conde.

Josefina Soria fue mucho mejor poeta de lo que ella misma sospechaba, tan humilde siempre, tan fieramente humana, tan sencilla. La Universidad Complutense de Madrid la ha seleccionado para formar parte de la “Antología de mujeres poetas del siglo XXI”.

Su nombre sigue entre nosotros a través de una obra que merece la pena mencionar: “Por si me sueñas( (1972), “Propagada armonía” (1973), “El alba oscurecida” (1978), “Del amor y otros sueños” (1981), “Alzad la voz” (1984), “La oscura gente” (1984), “Su voz reflejada” (1990), “El accidente, y otros relatos” (1993), “Campo de Cartagena. Leyendas y tradiciones” (1995), “Cuentos de invierno” (1997), “Memoria de amor” (1998), “Regresa el dios del viento” (2000), “Memoria y voz” (2003), “Regreso al infinito” (2007).

Excepto este último libro, una obra agotada; habrá que pensar en sus obras completas. Mientras llegan, recomendamos acudir a Regreso al infinito, un libro ya premonitorio, donde con estremecedor desgarro podemos leer: “Fue en los últimos días / cuando habías olvidado el nombre de tus hijos / y con fingida voz, como en adivinanza / te íbamos preguntando: / ¿Sabe usted quien soy, padre? / Alzaste la cansada mirada hacia mi rostro / y para deshacerme el alma en la respuesta / no consiguiendo hallar mi nombre en tu memoria / despacio dijiste: ¡La que tanto queremos!”.

Descanse en paz y en nosotros la memoria de su voz.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba