Joyas literarias ilustradas (y 11)
Abandonad toda esperanza, salmo 565º
No sé si será por la cercanía de las jornadas de Mayo Negro -que estará celebrándose cuando ustedes lean estas líneas-, pero los tres títulos que protagonizan la presente columna (¡la undécima!) dedicada a adaptaciones literarias al cómic tienen sus páginas teñidas de sangre. Precisamente Año 1000: La sangre se titula el primero si nos ceñimos a un orden cronológico estricto, pues es nada menos que una adaptación al noveno arte de una de las piedras fundacionales de la literatura castellana: el Cantar de los Siete Infantes de Lara, reconstruido por el recordado hispanista Ramón Menéndez Pidal a partir de los fragmentos incluidos en la Estoria de España compuesta durante el reinado de Sancho IV de Castilla. Datado entre los años 990 y 1000, es junto con el Cantar de mio Cid y el Poema de Fernán González uno de los más importantes cantares de gesta de nuestras letras, así como el ejemplo más primitivo de la épica española. Y quien se interesó por adaptarlo, primero al lenguaje audiovisual, fue el cineasta Manolo Matji... que, por cierto, como guionista o productor está detrás de dos de mis películas españolas favoritas de todos los tiempos: El sueño del mono loco y Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Pero cuando ninguna productora se mostró interesada por el proyecto decidió transformarlo en un cómic, que tras pasar por las manos de un par de dibujantes (uno, el gran Carlos Giménez) acabó en manos de Sergio Córdoba. Todo esto lo sé porque, como recordarán si leyeron la columna correspondiente en su momento, este vino a las pasadas jornadas de Unicómic a presentar el libro recién sacado del horno junto al editor Joseba Basalo, y ambos nos contaron de primera mano los entresijos del proyecto. Visto el resultado, es de celebrar que la propuesta de película o serie no llegara a buen puerto y podamos contar ahora con esta soberbia novela gráfica que cuenta con un trabajo de Córdoba verdaderamente memorable, y que rescata del olvido una parte importantísima e injustamente ninguneada de nuestro acervo cultural. Una auténtica joya, vaya.
Mucho más célebre resulta ser Crimen y castigo, una de las novelas mayores del escritor ruso Fiódor Dostoievski... lo que no es decir poco teniendo en cuenta que también firmó Memorias del subsuelo, El jugador, El idiota o Los hermanos Karamázov. No es la primera vez que el relato del asesinato urdido y ejecutado por Raskólnikov y su proceder posterior se adapta a los códigos del manga: el mismísimo Osamu Tezuka, considerado el padre de la historieta nipona, ya lo convirtió en viñetas dando pie a una de sus muchas obras maestras. Ahora, una nueva adaptación de la obra, aunque menos brillante que aquella, se nos antoja de valor incalculable dado que acerca a nuevas generaciones de lectores, acostumbrados a una estética muy distinta de la del autor de Adolf, este relato considerado por muchos como un antecedente de la teoría del superhombre de Nietzsche y de la literatura existencialista de Sartre y Camus, algo obvio a estas alturas; y también como una obra precursora de la novela negra... Esta, una afirmación bastante más discutible.
La que sí es una novela policíaca es Un extraño lugar para morir de Alejandro Pedregosa, que en manos del guionista y dibujante José Carlos Sánchez se ha convertido en una novela gráfica titulada Muerte en San Fermín. Pedregosa, al igual que Sánchez, es granadino, pero vive a medio camino entre su ciudad natal y Pamplona; de ahí la ambientación del libro y de su adaptación en los populares sanfermines, cuyo inicio y fin marcan también el arranque y conclusión de la historia, y cuya intriga se sigue aquí con interés gracias a la dosificación de datos y al buen hacer de Sánchez, al que beneficia su dedicación al diseño gráfico y la publicidad: la claridad expositiva y la limpieza del trazo, así como el empleo en ocasiones de gráficos y esquemas visuales, dotan al cómic de un atractivo inusual. No obstante, el gran hallazgo de la obra es -como tantas veces ocurre en el género- su principal protagonista, el comisario Uriza, a la postre un personaje verdaderamente memorable. No dejen de leerla, pues, al igual que las otras dos propuestas de hoy.
Año 1000: La sangre, Crimen y castigo (El manga) y Muerte en San Fermín están editados por Aleta / Evolution Comics, La Otra H y Traspiés respectivamente.