Joyas literarias ilustradas (y 5)
Abandonad toda esperanza, salmo 417º
Como verán, esto de hablar de obras literarias adaptadas al cómic es ya prácticamente una subsección dentro de esta sección del periódico que es mi columna semanal, pero es que no hay mes en el que no se edite como mínimo un título de estas características a tener muy en cuenta. Hoy les comentaré las excelencias de cuatro, empezando por la joya de la corona: Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero podría haber sido una versión más o menos fiel -si es que tal cosa es posible refiriéndonos a una obra de dimensiones tan considerables- de la novela homónima del británico Laurence Sterne, pero lo que propone su compatriota Martin Rowson es una adaptación libre que resulte tan (post)moderna en nuestros días como moderna fue en su día la obra original; téngase en cuenta que el libro de Sterne es uno de los principales culpables de que hoy podamos hablar del género novelesco como tal. Así pues, estamos ante una novela gráfica apabullante, de un estilo visual que bebe de diversas influencias: del Cerebus de Dave Sim, con la que guarda bastantes concomitancias, a obras de Sam Kieth como Epicuro el Sabio o The Maxx, sin olvidar las animaciones del cineasta Terry Gilliam para el Flying Circus de los Monty Python; todo ello para acabar pariendo una propuesta de obra total en la medida en que lo son From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell o Alice en Sunderland de Bryan Talbot respecto del episodio histórico de Jack el Destripador y la inmortal heroína infantil de Lewis Carroll. Sí, son referentes que asustan de puro genio, pero lean a Rowson y verán cómo no voy demasiado desencaminado.
De pretensiones artísticas mucho más humildes pero de igual o mayor calado filosófico es la adaptación divulgativa al código visual del manga de El Anticristo, una de las obras capitales de Friedrich Nietzsche, del que ya pudimos leer en su día en la misma colección la versión de Así habló Zaratustra. En esta ocasión, los autores nos proponen su versión reader's digest del ataque más virulento contra el cristianismo jamás concebido por un filósofo de nuestro tiempo. Solo puedo añadir que el hecho de que una editorial como Herder, interesada desde siempre por la religión católica (un gran número de obras de su catálogo versan sobre ella), publique también este libro y sus responsables especifiquen que "si gracias a la presente obra los lectores afrontan la cuestión objetivamente y con espíritu crítico para llegar a reflexionar sobre la religión, estaremos más que encantados", me parece un signo de salud mental envidiable.
Otro libro de alcance filosófico, aunque gestado en el mundo oriental, es El libro de los cinco anillos de Miyamoto Musashi, un samurái del siglo XVII que por petición de uno de sus señores se decidió a poner por escrito sus conocimientos sobre la lucha. La obra en cuestión, que ahora adaptan el guionista Sean Michael Wilson y el dibujante Chie Kutsuwada, podría haber caído en el olvido con el paso del tiempo, pero su recuperación desde otros ámbitos ha demostrado su vigencia: como ocurriera con otro clásico de la literatura asiática, El arte de la guerra de Sun Tzu, la obra de Musashi ha acabado inspirando en su modo de operar a los capitostes de grandes conglomerados industriales y a los brókers más despiadados de Wall Street. Los caminos de los clásicos literarios son inescrutables.
Tal vez sea exagerado considerar clásico a un título reciente como aquel Todas putas que provocó una polémica considerable cuando se publicó por vez primera en 2003, y que convirtió al autor de aquellos relatos, Hernán Migoya, en una figura pública muy a su pesar (o no tanto). Sea como sea, me parece digno de atención que, más de una década después y sin saber si la polémica se renovará o si por el contrario algún que otro cenutrio ya ha aprendido a distinguir entre realidad y ficción, quince autoras (esta vez el género no es gratuito ni una operación de marketing, sino toda una declaración de principios) se hayan coordinado para adaptar aquellos cuentos en un volumen que merece muy mucho la pena. Destacar a todas las implicadas es imposible, pero no quiero dejar de mencionar la fuerza de Carla Berrocal (encargada, además de ilustrar la cubierta, del relato "El violador", que fue en su día el desencadenante de varias peticiones de dimisión), el detallismo de Irene Roga, la energía de Natacha Bustos, la composición visual de Cristina Daurá o muy especialmente la inquietante estética de Ana Galvañ, de la que soy fan incondicional desde que leí su Trabajo de clase. En resumidas cuentas: un título recomendabilísimo, tanto como los anteriores aunque al contrario que estos no sea un clásico. Al menos, no todavía.
Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero, El Anticristo, El libro de los cinco anillos y Todas putas (Los cuentos gráficos) están editados por Impedimenta, Herder, Principal de los Libros y Dibbuks respectivamente.