Joyas literarias ilustradas (y 7)
Abandonad toda esperanza, salmo 451º
Hoy toca nueva entrega de esto que ya es una sección aperiódica sobre algunas de las distintas adaptaciones literarias al cómic que van apareciendo en el mercado. Y en esta ocasión arrancamos con una muy especial: El Paraíso perdido de John Milton en versión de Pablo Auladell. Especial, aparte de por el valor intrínseco de la obra (que, les adelanto, es excepcional), porque en 2012 ya pudimos leer una primera versión inconclusa de manos de la editorial Huacanamo (que ya les comenté en su día), y porque en su posterior comparecencia en un curso universitario sobre las relaciones entre el cómic y la literatura, el autor alicantino desgranó buena parte del proceso de creación de su obra, marcándose una exposición sobre el entonces work in progress que dejó al respetable con la boca abierta y los ojos como platos. Ahora, por fin y tras cinco años de arduo trabajo, podemos disfrutar de la adaptación integra del texto original: el relato completo del descenso a los infiernos de Lucifer y el resto de ángeles caídos, su enfrentamiento con el ejército fiel al Creador y el episodio de Adán, Eva, el árbol de la ciencia y su fruto prohibido, se convierte en manos de un Auladell pletórico en una novela gráfica de acabado exquisito que, desde ya, huele a Premio Nacional por los cuatro costados. Ahí lo dejo.
Pasamos página a la cosecha nacional, y dirigiendo nuestra atención a otras latitudes nos encontramos con otro espléndido cómic que no debería pasar desapercibido: Huck Finn, actualización del inmortal personaje de Mark Twain realizada por Olivia Vieweg. Olvidándose de servidumbres inanes, la artista alemana (re)sitúa la historia de siempre en la ciudad de Halle, a las orillas del río Saale, en 2013, y convierte al joven Finn (y de paso a su amigo Tom Saywer) en uno de esos adolescentes sin rumbo que han de esforzarse el doble que el resto para encontrar su camino. Libre de otras influencias innecesarias más allá del clásico que adapta y de su propia mirada a la realidad circundante, la autora supera (a mi parecer) la adaptación anterior dibujada por el gran Lorenzo Mattotti, lo que no es decir poco.
También tiene algo de relato de iniciación, aunque sea la de un adulto, la novela de Jack London El lobo de mar, que fue llevada al cine por Michael Curtiz (el realizador de Casablanca, entre otros clásicos) en los años 40, y que ha sido adaptada recientemente al lenguaje de la historieta por Riff Reb's en una novela gráfica homónima que se anuncia como una libre adaptación, pero que captura el espíritu de la aventura tal y como lo reflejó tantas veces el autor de Colmillo blanco. En esta ocasión, es un crítico literario de renombre el que descubrirá la vida existente más allá de los libros de manos de 'Lobo' Larsen, un veterano marinero que ha quedado para la posteridad como uno de los personajes más memorables de su creador. Ojo al estilo del dibujante, que recuerda en algunos momentos lo mejor de los tebeos de la añorada EC o de la obra del gran Will Eisner.
Para finalizar, no quiero cometer la terrible injusticia que denuncia el guionista Alan Moore en su revelador prólogo de La casa en el confín de la Tierra: que la brillantez de escritores más consagrados como Twain o London, no digamos ya Milton, nos deslumbre tanto como para cegarnos y no ver a otros que merecen mucha más consideración que la que tienen de autores de culto (y algunos, ni eso). Este es el caso de William Hope Hodgson, autor de relatos de terror que en la obra que nos ocupa se transforma en viñetas de la mano del gran Richard Corben y de su habitual colaborador Simon Revelstroke. Corben, maestro del noveno arte que aunque cultiva géneros codificados como la fantasía heroica, la ciencia ficción o el terror siempre ha ido a su aire y es casi un género en sí mismo, ya es todo un experto en esto de ilustrar cuentos macabros tras haber hecho lo propio con los dos más grandes (Poe y Lovecraft, claro está), y en esta ocasión pone su arte al servicio de un relato inquietante que no pierde ni un ápice de su capacidad de sugerencia a pesar de lo explícito del cómic como arte visual. Recomendabilísimo, pues, como los tres títulos anteriores.
El Paraíso perdido, Huck Finn, El lobo de mar y La casa en el confín de la Tierra están editados por Sexto Piso, Impedimenta, Spaceman Books y ECC respectivamente.