Joyas literarias ilustradas (y 8)
Abandonad toda esperanza, salmo 478º
Tengo la gran fortuna de que en esta columna siempre hablo de lo que me viene en gana, pero muy pocas veces se logra aunar, como ocurre hoy, dos pasiones en un único tema a tratar: las adaptaciones de novelas al cómic y el género negro. También es verdad que muchos puristas pondrían en tela de juicio que el Millenium de Stieg Larsson sea novela negra pura y dura, pero lo que no se puede negar es que el éxito del malogrado autor sueco ha hecho mucho por popularizar la literatura criminal entre los lectores de todo el mundo. Lo mismo podría suceder ahora entre los fanáticos del cómic gracias a las adaptaciones oficiales de la trilogía escritas por su compatriota Sylvain Runberg. En nuestro caso cabe destacar la autoría española: si de dibujar Los hombres que no amaban a las mujeres se encargó Josep Homs, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina ha caído en manos del también catalán Man. Veremos quién se encarga de la tercera y última, pero si sigue en la misma línea tanto dará que el artista sea español o de la estepa rusa.
Ya que hablamos de trilogías literarias y de autores patrios, no está de más destacar que la última sensación del género parida dentro de nuestras fronteras es la "Trilogía del Baztán" de Dolores Redondo, compuesta por El guardián invisible, Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta. Haciendo gala de unas características más propias de la industria francobelga que de nuestra por lo general paupérrima historieta, y dado el arrollador éxito de la escritora donostiarra, se ha editado en formato álbum la adaptación del primer título a cargo de Ernest Sala, un autor cuyos primeros bocetos superaron las reticencias iniciales de la autora. Entono un mea culpa y confieso no haber leído los libros, pero tras el fructífero disfrute del tebeo les aseguro que leeré las futuras entregas del cómic si las hubiera... Que las habrá.
Algo más de tiempo tiene Adiós muchachos: tanto la adaptación a cargo de Paolo Bacilieri y Matz como, sobre todo, la novela de Daniel Chavarría, considerado (en solitario o a cuatro manos junto con el añorado Justo Vasco) como uno de los nombres más importantes de la narrativa policial cubana: uruguayo de nacimiento pero cubano por voluntad propia tras llegar a la isla, según cuenta la leyenda, tras secuestrar una avioneta, su narrativa tiene algo del género de aventuras y mucho de picaresca: Adiós muchachos es un buen ejemplo, pues esta historia que transcurre en La Habana diez años atrás está repleta de truhanes que se engañan unos a otros ofreciendo al lector todo un festival de sorprendentes giros argumentales de la primera página a la última.
Y para terminar con esta tanda de adaptaciones, un clásico contemporáneo de la talla de Yasmina Khadra, el seudónimo del ex oficial del ejército argelino y escritor en lengua francesa Mohammed Moulessehoul, el cual tuvo que adoptar el nombre de soltera de su esposa para evitar la autocensura de sus primeras obras firmadas con su nombre auténtico. El atentado, de cuya adaptación se han encargado Loïc Dauvillier y Glen Chapron, está protagonizada por un cirujano israelí de origen palestino cuya vida se derrumba tras la masacre producida en un restaurante por un ataque suicida que podría haber cometido su mujer. Las vivencias del protagonista, el retrato del país y la tesis del relato hacen comprensible la necesidad del subterfugio por parte del autor. En resumidas cuentas: una obra, como las anteriores, muy recomendable.
Millenium 2 y El guardián invisible están editados por Planeta DeAgostini Cómics; Adiós muchachos y El atentado están editados por Norma y Alianza respectivamente.