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Juanjo Malpica y Miguel Flor consiguen terminar el que es considerado uno de los maratones más duros del mundo

La lluvia, el viento y la niebla han sido los protagonistas del XI Maratón Alpino Madrileño (MAM), organizado por el club Tierra Trágame y patrocinado por el Ayuntamiento de Cercedilla, la Comunidad de Madrid y textil Emma López. El que califican como posiblemente el maratón más duro del mundo hizo valer su título.
Un enorme diluvio, acompañado de temperaturas de hasta 5º C y rachas de viento de hasta 80 km/h, lo que supone una sensación térmica de bajo cero, además de una densa niebla presente en la sierra de Guadarrama, obligó a la Organización a suprimir la zona de Peñalara-Claveles (unos 12 kms) y hacer regresar a los corredores en el Puerto de Cotos, tras haber atravesado ya el Camino del Calvario, el Alto del Telégrafo, Puerto de Navacerrada, Bola del Mundo y la Loma del Noruego. Todo eso, añadido a lo difícil y anegado que estaba el terreno, a las altitudes superiores a 2.200 metros y los más de 3.500 metros de desnivel acumulado, convirtió la carrera en un auténtico infierno. Llevaban casi dos horas bajo la lluvia, pero el temporal no arreciaba y quedaba el regreso por el mismo recorrido. En Cotos, el SUMMA y la Cruz Roja tuvieron que atender hipotermias y múltiples heridas por caídas.

Los corredores villenenses Juan José Malpica y Miguel Flor, pertenecientes al Centro Excursionista de Villena, consiguieron finalizar esta dura carrera, sobre una distancia final aproximada de 32 kilómetros, en un meritorio 126 y 164 puesto, ya que tan solo la llegada a meta fue el auténtico desafío. Pero el infierno continuaba para el resto de los casi 300 corredores que habían tomado la salida, logrando sobrevivir al temporal 276 de ellos.

Fuente: www.maratonalpino.com

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