A raíz de conocerse la denuncia que el equipo de gobierno ha interpuesto contra Catalina Hernández, se ha generado una pequeña avalancha de solidaridad con la edil Verde, por la que muchas personas han respaldado a la concejal curiosamente sin saber, en el momento de hacerlo, el motivo de la querella.
También resulta curioso que mucha gente se haya llevado las manos a la cabeza porque el equipo de gobierno lleve a los tribunales a Hernández cuando, en ocasiones anteriores, han sido Los Verdes quienes han hecho lo propio con el equipo de gobierno.
En un Estado de Derecho las personas civilizadas no dirimen sus diferencias a golpes, sino en los tribunales, y el equipo de gobierno, o el Partido Popular, tienen exactamente el mismo derecho que Los Verdes para actuar así, por lo que no entendemos muchas de las reacciones suscitadas, más allá del debate sobre la cobertura legal que, a costa del contribuyente, tienen unos y otros. Eso sí daría para llenar páginas y más páginas.
¿Que no es agradable que se judicialice la vida política? Desde luego que no. ¿Que Villena no se merece que sus concejales estén cada dos por tres en los juzgados? Por supuesto que no. Y en nuestras manos está, el 22 de mayo, dotarnos de una Corporación que evite tales espectáculos, pero mientras tanto, las reglas del juego son las mismas para todos y ciertas reacciones no parecen más que demagogia y victimismo, porque en democracia solo hay dos árbitros que dan y quitan razones: las urnas y el juez.
