Fiestas

La arquitectura de la Fiesta

“A lo largo de estos últimos años ha proliferado la construcción de nuevas sedes para las comparsas, de modo que, más allá de su función primordial, están contribuyendo a la dinamización y puesta en valor de los recursos turísticos de Villena”
Uno de los aspectos que más sorprende y llama la atención a las personas que desean conocer Villena es el tamaño y la majestuosidad de muchas de las sedes sociales de las comparsas, sobre todo si esa visita se produce durante las Fiestas de Moros y Cristianos y el visitante tiene la oportunidad de contemplar desde dentro estas enormes construcciones a la vez que observa de primera mano la amplia variedad de servicios que tales instalaciones ofrecen a festeros, músicos y ciudadanos en general.

Las comparsas, en permanente evolución, se han visto obligadas a adaptarse a la realidad de los nuevos tiempos, que han traído consigo un aumento más que considerable en el número de socios (la participación de la mujer en la Fiesta supuso un punto de inflexión en este sentido) y, con ello, un aumento en la complejidad de las labores de gestión, organización y control de colectivos que en muchos casos superan el millar de personas. Para ello, y no sin superar trabas y dificultades, sobre todo de índole económica, se han acometido importantes inversiones que han tenido como resultado la aparición de imponentes edificios que, junto a los socios, conforman el mayor y más importante patrimonio de las comparsas a la vez que son el verdadero pulmón de las mismas: además de centralizar los servicios de secretaría y acoger las asambleas de las comparsas son capaces de alojar a bandas de música, servir almuerzos y comidas a cientos de personas y acoger eventos culturales como conciertos, exposiciones y conferencias.

La última de las sedes inauguradas, hace ahora tres años, fue el “Oasis Berebere”, sede social de la comparsa de Moros Bereberes y obligado lugar de reunión, encuentro y celebraciones para todos los socios de dicha asociación. La amplitud del local y su belleza arquitectónica, de evidente inspiración árabe, engrandece un entorno ya de por sí hermoso —la casa se encuentra al lado del convento de las Trinitarias y junto a la Plaza de las Malvas, que conserva edificaciones barrocas del siglo XVIII, como la casa de la Familia Mergelina— y sirve para cubrir las necesidades organizativas y sociales de la comparsa durante un largo periodo de tiempo.

Lejos de ser una excepción el caso del Oasis, lo cierto es que a lo largo de estos últimos años ha proliferado la construcción o ampliación (caso de La Troyica de la comparsa de Estudiantes) de nuevas sedes de modo que, más allá de su función primordial, están contribuyendo a la dinamización y puesta en valor de los recursos turísticos de Villena, una de las ciudades con mayor valor monumental de la Comunidad Valenciana: la reciente edificación de la nueva sede de la comparsa de Moros Nuevos, una espectacular construcción de tres plantas erigida sobre un solar de quinientos metros cuadrados que se alza en la calle Mayor, junto al Palacio Municipal —edificio renacentista atribuido a Jacobo Florentino, discípulo del inmortal Miguel Ángel, y que acoge las dependencias del ayuntamiento—, o la rehabilitación de la casa de la comparsa de Nazaríes, en la plaza de la Tercia (situada en pleno casco histórico), unidas a la recuperación de toda el área mediante el Plan de Rehabilitación del Casco Histórico, dan como resultado la revitalización de una zona de la ciudad destinada a convertirse en un futuro cada día más próximo en polo de atracción turística y comercial y en paseo imprescindible para admirar la belleza arquitectónica, la historia y las manifestaciones culturales de una ciudad que atesora en sus calles los vestigios de un pasado esplendoroso y un futuro que aún está por escribir.

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