Cultura

La celebración del Teatro

Espero que me perdonen, queridas personas, no haber compartido con ustedes la celebración del Día Mundial del Teatro. Fecha que siempre y sin poder evitarlo me provoca cierto hormigueo a lo largo de toda la maraña de cordones nerviosos que recorren mi cuerpo. No estuve. Sin embargo me voy a conceder la licencia de opinar.
Porque al respecto de la cita tengo dos opiniones: una buena y otra mala. ¿Por cuál comenzamos? Por la buena: que año tras año no se descuide en Villena festejar la efeméride, acto (el público y social) que generalmente se realiza por cortesía de ATAVI y la Concejalía de Cultura para honor del teatro y de la ciudad. Y la mala: que se circunscriba la celebración en torno a una representación, hecho que no sólo obliga a la asistencia al evento, sino que además limita el aforo al público interesado en la producción.

En cualquier caso para mí es una celebración importante, como lo puede ser para usted, o para usted, o para usted, el Día de Todos los Santos, o el Día de la Mujer, el 4 de septiembre o el 20 de noviembre. El del teatro para mí: un día para festejar y un día para reflexionar. Quizás por eso exijo demasiado a la personalidad elegida para redactar el Mensaje Mundial del Teatro. Porque supongo que es un encargo que impone una gran responsabilidad. Creo que hay que tomar ciertas cosas en serio. Y los Mensajes deben de ser una de ellas. Igual que espera “toda” España el Mensaje de Navidad. Y espera que se muestren posturas respecto al estado de las cosas. Por eso tras el Mensaje de Navidad todos los medios nacionales buscan posibles metáforas, relaciones curiosas entre palabras, uso de adjetivos o verbos, tiempos verbales o cantidad de veces que se repite cierto tema. Se busca, y se encuentra, tal sub-texto en el Discurso Navideño Real una cantidad de cosas a medio decir que resulta casi insultante. Parece que el Rey creyera que en este país no hay libertad para hablar. A mi gusto sólo muestra una descortesía al intentar decir las cosas sin decirlas claramente. Problemas de la Era del Marketing. Tener un equipo asesor que te venda como a un dentífrico. Con las mismas herramientas.

Sin tantos compromisos, del Mensaje del Día Mundial del Teatro esperamos que sea crítico, crudo, conocedor de las realidades de las que habla…, sincero, porque la sinceridad de un alma amante del Teatro con seguridad nos transmitirá esperanza y alegría. Suficiente motivo para alejarme del tono bonito y conciliador, tópico y generalista que llena parte de los últimos mensajes recibidos. O no.

Nota.- Antes de que sea demasiado tarde me gustaría anotarme una cita pendiente: Visitar la exposición SOMOS CROMOSOMOS, una colectiva de Helena Ferrando, Antonio Azorín, Celia Sáez y Ana Lizón en El Bar Galería El Túnel.

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