La ciudad de las personas
Cualquier persona que analice el entramado urbano de gran parte de las ciudades españolas, observará que han sido diseñadas para satisfacción del vehículo a motor. Avenidas, calles y plazas se han transformado para adecuarlas al aumento de la movilidad a motor.
En cada uno de los proyectos municipales aparecen calles con ingentes carriles de circulación para vehículos. Incluso durante su presentación se hace alusión expresa al número de carriles preparados para ello, como si el progreso fuera inherente al aumento de los coches. Si realizamos una pequeña reflexión, llegamos a la conclusión de que son muy significativos los inconvenientes que el aumento descontrolado del tráfico ha aportado a las ciudades. Algunos de los perjuicios son:
- En España mueren aproximadamente 900 peatones atropellados al año, sin apenas publicidad en los medios de comunicación.
- La combustión de los motores provoca numerosos problemas de salud pública, con una mayor prevalencia de las enfermedades asociadas en las ciudades más congestionadas por el tráfico.
- El transporte es uno de los mayores generadores de CO2 a la atmósfera, el cual provoca el aumento del efecto invernadero, con los problemas que ello traerá a las generaciones venideras.
- La contaminación acústica aumenta de manera exponencial al número de vehículos en una calle. Este problema se agrava en las grandes vías, siendo insostenible en horas punta. Sin embargo, existe un nivel de aceptación ciudadana muy arraigado, pero susceptible de ser modificado.
- Las relaciones sociales disminuyen con el ancho de una calle tradicional cualquiera. Estudios realizados en Estados Unidos evidenciaron que hay mayor comunicación ciudadana en vías de menor circulación de vehículos. Para algunas personas, cruzar la calle se convierte en un obstáculo casi infranqueable.
- El juego de las niñas y los niños en la calle es ínfimo. Sin embargo, si echamos la mirada atrás recordaremos una pelota, una goma o una peonza en sintonía con el entorno.
Los Verdes trabajamos para construir ciudades para las personas, en las que se creen mecanismos armónicos entre el transporte público, los viandantes, las bicicletas y el vehículo privado. Sin que prevalezca un modo de transporte sobre los demás.
Cada vez hay más voces que se alzan para pedir racionalidad en los entornos urbanos, cuyos argumentos han de formar parte del vocabulario de políticos, de técnicos y de población en general.
Si la política debe ser el reflejo de la sociedad, queremos denunciar que la percepción que tienen algunos políticos respecto a la opinión de la ciudadanía está equivocada en muchos casos. En este sentido, se suele sobrevalorar la oposición de los automovilistas a las reformas dirigidas a la movilidad sostenible. En un sondeo realizado por la Unión Internacional de los Transportes Públicos, un 69% de los políticos consideraban necesario limitar la circulación en el centro de las ciudades, mientras que este porcentaje se elevaba al 73% en el caso de los ciudadanos en general. Pero lo más llamativo de las respuestas es que los políticos entrevistados pensaban que estas limitaciones sólo eran aprobadas por el 30% de los ciudadanos.
Las intervenciones urbanas que han representado un aumento de la comodidad para el peatón y del transporte público, y la reducción de la velocidad de los vehículos, han sido muy bien aceptadas por las vecinas y los vecinos. Por ello, invitamos a la reflexión colectiva para mejorar la calidad de vida en Villena.
Para finalizar, Los Verdes nos identificamos con el urbanismo sin barreras urbanísticas ni arquitectónicas, pensando en el bienestar colectivo, motivo por el que trabajamos en el gobierno municipal para lograr una ciudad sin exclusiones.
COMISIÓN DE URBANISMO Y MEDIO AMBIENTE DE LOS VERDES DE VILLENA