La clásica fatal
Abandonad toda esperanza, salmo 348º
Juro que no ha sido intencionado y espero que no sea un presagio de cómo nos va a ir en el 2013, pero esta costumbre mía de empezar el año disfrutando de algunos clásicos ha llenado mi vida de mujeres fatales... En cuanto al cine, la idea me la sugirió una ex alumna y sin embargo amiga mía, que de fatal (mi amiga, no la idea) no tiene nada, y era tan simple (la idea, no mi amiga) que me fastidió que no se me hubiese ocurrido a mí solo: el modus operandi consistía en coger por banda la lista de las mejores películas de la historia del cine confeccionada por la revista Sight & Sound e ir viendo todas aquellas que no se hubiesen visto ya. Imagino que sabrán a qué lista me refiero: esa que siempre encabezaba Ciudadano Kane hasta que el año pasado Vertigo le arrebató el primer puesto. Pues bien, dado que ya había visto estos títulos de Welles y Hitchcock y también las maravillosas Cuentos de Tokio de Ozu y La regla del juego de Renoir que les siguen, poco más había que decidir: tocaba Amanecer. No, no la de vampiros adolescentes en la que están pensando, sino el film de F. W. Murnau, y por tanto -según dicha lista- mejor película muda de la historia. Y aunque un servidor confiesa tenerle cierta manía al cine silente (a todo: de Griffith a The Artist), debo admitir que me quedé embelesado con el relato de este matrimonio a punto de truncarse cuando en medio de la pareja de granjeros interviene una mujer de la gran ciudad (y, de paso, una de las primeras femmes fatales de la historia del cine), que le propone al marido ahogar a su esposa en el mar. Si es que hay algunas que no tienen una idea buena... En fin, ahora me toca El hombre de la cámara de Dziga Vertov, y no la tengo. Si alguno de ustedes sí, ya saben, háganme el favor...
Repasando las películas vistas durante el año pasado, recordé una que no estaría en ninguna lista de los cien mejores filmes de la historia, probablemente tampoco entre los mil o diez mil mejores, pero que me interesó por ser una biografía de Robert E. Howard, el creador de Conan el cimerio. Como dice el escritor Javier Fernández en su edición, hay muchos Conan además del original literario, y posiblemente el más popular sea el encarnado por Schwarzenegger en un par de cintas de los 80. En cambio, mi Conan es el de los cómics, concretamente el que dibujaba John Buscema: un bárbaro musculoso y un tanto simiesco, letal en la lucha cuerpo a cuerpo y acostumbrado a las atenciones de mujeres que cuando no eran sumisas eran hechiceras más malas que la quina. Hoy en día los relatos de Howard pueden parecer machistas, pero como señala Fernández citando a Manuel Barrero: "acusar de machismo a un escritor de pulps de los años 30 es un esfuerzo risible". Sea como sea, no pierdan la oportunidad de descubrir al auténtico Conan (al menos, auténtico por ser el primero) en el reciente volumen publicado por Cátedra en su, ojo, nueva colección de clásicos populares.
Y para mujeres fatales, las que protagonizan las historias de Spirit recopiladas en un nuevo volumen con lo mejor del personaje de Will Eisner: ¿se acuerdan de aquella infame adaptación que pasó por los cines hace pocos años? Al menos se acordarán de las actrices que se dejaban ver en ella: Eva Mendes, Scarlett Johansson, Jaime King, Sarah Paulson, Paz Vega... Pues sus personajes son los que encontrarán en estas 23 historietas repletas de crímenes, intriga y mucho sentido del humor que demuestran, una vez más, por qué Eisner es considerado no un clásico del cómic, sino El Clásico... aunque que se diga de The Spirit que es "El Ciudadano Kane de los cómics" suene ahora a que cualquier día de estos le quitan el primer puesto.
Conan y The Spirit: Femmes Fatales están editados por Cátedra y Norma respectivamente.