La coalición (Carta al Director)
El pasado sábado quedó constituido el nuevo Ayuntamiento. Desde muy pronto el público ocupó las butacas, pasillos y entrada con el fin de no perderse este momento tan significado. No en balde, Villena se convertía en la primera ciudad con un alcalde Verde, aunque posteriormente nos enteramos que en Orihuela también se había nombrado a un Alcalde de este color. El Pleno transcurrió con bastante normalidad aun a pesar de los últimos estertores cuyo eco sufrimos hace cuatro años en el Teatro Chapí. Incluso, a la hora del recuento de los votos, hubo su rato de broma al ir contando el público las papeletas del Sr. Esquembre que le daban la mayoría absoluta. En fin, una jornada emotiva, exenta de brusquedades y malas formas en general.
Por parte del tripartito en adelante y siempre la Coalición intervino cada uno de los portavoces de los partidos representados. J. Carlos Pedrosa (VCD), Carlos Beltrán (PSOE) y Mercedes Menor (Verdes) coincidieron en mirar al futuro, en la disposición para llegar a acuerdos y el afán por promocionar nuevos modos y maneras de participación. J. Joaquín Valiente (PP) volvió al pasado y dejo caer el peligro de este nuevo equipo de gobierno, postulándose inmediatamente para coger el relevo del mando municipal, en este momento hubo algún murmullo acallado por la mayoría de asistentes.
Pero, sin lugar a dudas, el mejor discurso fue el del Sr. Esquembre, alcalde electo. Fue su alocución medida y ponderada, mezclando la tradición con el progreso, llamando constantemente a la participación ciudadana, al compromiso con el nuevo gobierno y llenando de esperanza los próximos años que, crisis mediante, no parecen los más halagüeños. Hizo alusión al querido y recordado Juan Cantero como su faro y fuente de inspiración para la vida; apostó por medidas medioambientales que han simbolizado a Los Verdes pero sin olvidar el terreno que se pisa. Nos recordó que Villena no es una isla y que vivimos en comunidad, por lo que la pobreza y la miseria también nos conciernen, tanto dentro como fuera. En fin, un discurso emotivo, sentido y en el que el nuevo alcalde dejó traslucir su talante y disposición. El auditorio se entregó con un fuerte aplauso. Es una nueva forma de expresar lo que se quiere hacer pero sin arrogancia, con modestia y con la ilusión de poder cambiar actitudes y modales que en nada han beneficiado a Villena. Por cierto, la vara de mando pasó casi desapercibida.
Evidentemente no es lo mismo predicar que dar trigo. El día a día de cualquier gobierno conlleva aciertos y errores, disgustos y alegrías, tensiones y momentos de gratitud, peleas dialécticas, encontronazos la vida misma. Pero harán bien las diferentes personas que conforman este nuevo equipo en limar asperezas, tener como método el diálogo, ser cercanos a la población, informar, informar e informar de lo que sucede, para bien o para mal. Si a la ciudadanía se le tiene al corriente de los problemas que surgen, tendrá más argumentos para opinar y apoyar, en su caso, lo que fuera necesario. Considero que se ha restablecido la normalidad, que nunca se debió perder por una sobredosis de victoria del equipo anterior, en cuanto a la participación de la oposición en la Junta de Gobierno. Es algo esencial para que dicha oposición pueda realizar bien su tarea de fiscalización y denuncia.
Resumiendo, que el árbol, que llevaba veinticinco años plantado y que ha sufrido todo tipo de inclemencias, dio su fruto. Quizás la Alcaldía sea lo más notorio, pero esas hormigas que corren por su tronco son y han sido, sin duda, las protagonistas del tiempo, las anónimas y constantes acumuladoras del éxito. Larga vida a la Coalición.