Hasta donde yo conozco

La economía, un tema muy fácil

¡Y se quedó tan fresco! La economía es tan fácil, dijo, que si no empleamos palabras rimbombantes y rebuscadas no se valorará nuestra profesión. Si se nos entiende estamos perdidos. Tenemos que emplear un léxico que haga que se admiren nuestros conocimientos, a pesar de utilizar conceptos muy básicos.
Esto, más o menos así, lo dijo mi primer catedrático de Teoría Económica. Y a partir de entonces yo supe lo que era usar Déficit, Superávit, Inflación y todo ese cúmulo de “palabros” que sólo los economistas sabemos que significan lo mismo que lo que piensan los demás, pero que dicho por nosotros queda mucho más “guachi”. Y por eso pretendemos cobrar y hasta nos pagan. Bromas aparte, lo curioso de todo esto es que la economía funciona basándose en un principio fundamental, el sentido común. Si gastas más de lo que ingresas, estás mal. Y si gastas durante mucho tiempo más de lo que ingresas, entonces estás perdido.

Ocasionalmente, yo soy partidario de poder endeudarse, sí, y hasta con importantes cantidades de dinero, si la inversión merece la pena, y si con ello vas a generar más recursos que puedan ayudarte a cumplir tus objetivos (¿han visto cómo queda de molón decir “recursos” en vez de “dinero”? A eso me refería anteriormente).

Que el Ayuntamiento de Villena haya cerrado el ejercicio 2009 con un superávit de casi tres millones de euros, sólo quiere decir que los ingresos han sido superiores a los gastos, pero no quiere decir que se tenga la disponibilidad suficiente como para hacer frente al pago de éstos. Es decir, puede que tenga superávit, pero puede que no tenga la liquidez suficiente de dinero como para poder pagar. Esta situación aunque no es nada habitual, sin embargo es posible.

Lamento decir lo que prosigue: estas situaciones se corrigen limitando el gasto voluntario y ajustando, en la medida de lo posible, las obligaciones reconocidas a los ingresos disponibles. Me explicaré, hay que pagar nóminas, contratos de abastecimiento (luz, agua, limpieza, basuras, seguros, etc.), hay que asumir los intereses de préstamos, reparar lo dañado y mantener el patrimonio, y entonces, si sobra, y sólo si sobra, podemos acometer el gasto voluntario. En la prioridad del gasto, tracas, ferias, cuentacuentos y demás actividades lúdicas ocupan el último lugar del escalafón.

La teoría de Maslow organiza su pirámide de necesidades y las estructura por este orden: alimentación, vestido, salud, vivienda, ocio y otros. En la parte más baja se ubican las necesidades más prioritarias y en la superior las de menos prioridad. De modo que lo razonable sería que el Ayuntamiento de Villena gestionase basándose en las premisas de la citada pirámide.

En mi opinión, el gasto corriente hay que reducirlo. Y frente a los ingresos sólo debe imperar la prudencia en su previsión. Hacerlo alegremente es un grave error que podría comprometer los recursos futuros que deberían destinarse, en ese caso, a amortizar préstamos que se han hecho necesarios para cubrir el desfase.

En definitiva, el axioma que impera y que cierra este círculo es el siguiente: La economía, un tema muy fácil.

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