La Espuela pone el broche de oro a su aniversario con una espectacular cata-maridada de champán
Restaurante La Espuela ha dado por concluidos los actos de su quinto aniversario poniéndoles la guinda de la mejor manera posible. Tras disfrutar a lo largo de 2012 de espectaculares catas de Manuel Manzaneque, Muga y Juan Gil, la degustación de los Grandes Quesos del Mundo y la siempre esperada Cervecena, el jueves 13 de diciembre se vio cumplido un viejo sueño de Carlos Camañes: ofrecer a sus clientes y amigos una cata de champán.
Para ello contó con la colaboración de la empresa alicantina Vinícolas, uno de los mayores importadores y distribuidores de la región, así como de las firmas villenenses Delicatessen y Pastelería Francesa, y la sapiencia del sumiller Juan Carlos Abraldes, que nos llevó de la mano por la historia del champán, sus variedades y zonas de crianza o la diferencia con otros espumosos como el cava, además de explicar al detalle los seis diferentes caldos franceses que pudimos catar durante la cena, una selección muy especial que no resulta nada fácil de encontrar en los lineales españoles, y que pudimos degustar acompañada por los siempre suculentos platos de La Espuela.
Comenzamos con el Barón Fuenté, finísimo, con toques de miel y frutas confitadas, acompañado por unas fresquísimas cigalas y quisquillas. Le siguió un R. H. Coutier, un 100% chardonnay maduro y elegante cuya producción anual es de solo 5.000 botellas y que maridó a la perfección acompañado por perdiz escabechada y alcachofa, a la que resistió con firmeza y solvencia. Después le llegó el turno al Esprit de Giraud, elaborado con pinot noir y chardonnay (al 70 y 30%) procedentes de viñedos de entre 40 y 50 años, un caldo goloso y accesible que creció acompañado por embutidos e higos secos.
Metidos ya en harina llegó el Pommery Brut Royal, fresco, redondo y de bella duración, fruto de su envejecimiento en botella durante tres años a 30 metros bajo tierra, una joya que vino acompañada por un espectacular bacalao navideño servido con salsa de guisantes y castañas, plato que bien habría merecido el galardón de estrella de la noche de no ser porque seguidamente llegó un no menos comentado solomillo de buey, ideal para acompañar al único champán rosado que probamos, el Cuvée Brut Rosé, con un intenso aroma a fruta roja y una gran frescura.
La guinda, como siempre, llegó con los postres, que esta vez tuvieron forma de copa de fresas, nata y chocolate, y que echaron el cierre a la cena acompañando a un clásico Lilbert-Fils, otro 100% chardonnay del que solo se producen 18.000 botellas al año y con el que a la espera de los tradicionales gin-tónics con los que finalizan estas veladas gastronómicas pudimos brindar y desearnos un próspero 2013, así como cerrar por todo lo alto el quinto aniversario de La Espuela, a quienes desde EPdV felicitamos por estas iniciativas y deseamos que cumplan muchos años más.
Exposición de Toni Martínez Solera
Dado que La Espuela es mucho más que un restaurante, los asistentes a la cata pudieron disfrutar además de la exposición de cuadros Murillo Escape, del artista caudetano Toni Martínez Solera, que presenta una recopilación de trabajos inspirados en obras barrocas, buscando una armonía contradictoria a través del uso de imágenes ambiguas. La muestra, que no dejará a nadie indiferente, podrá visitarse hasta el próximo 26 de diciembre.
Natural de Caudete, Martínez Solera es Licenciado en Bellas Artes por el Chelsea College of Arts & Design, de la Universidad de Arte de Londres. Desde entonces, ha colaborado con diferentes compañías británicas, como T.G. Studio en Londres o Gallery 2 en Bristol, así como con coleccionistas privados. En estos momentos mantiene otra exposición en la Peckham Space Gallery de Londres, que bajo el título Die Bush se acerca a las manifestaciones sociales y políticas de nuestro tiempo.