La Gran Pregunta
Abandonad toda esperanza, salmo 80º
Sin entrar en que uno crea o deje de creer en Dios, su figura y todo lo que la rodea es uno de los temas más fascinantes de la cultura universal. Como bien dicen Salman Rushdie o Paul Auster, que se declaran ateos, rechazar la relevancia cultural y artística de toda religión es cosa propia de ignorantes.
Rushdie, condenado a muerte por los fundamentalistas por poner en entredicho dogmas de fe del Corán en las páginas de Los versos satánicos, y Auster, escritor del que hemos hablado aquí en repetidas ocasiones, son dos de los dieciocho intelectuales entrevistados en ¿Crees en Dios?, libro que recoge otros tantos pareceres respecto a tan delicado tema.
El autor del libro, Antonio Monda, que se define a sí mismo como católico, apostólico y romano, se acerca con curiosidad y respeto a una impecable nómina de personalidades públicas, donde los escritores vencen por goleada: algunos premios Nobel como Toni Morrison, Derek Walcott o el ya difunto Saul Bellow se codean con nuevos narradores de la talla de Michael Cunningham, Nathan Englander o Jonathan Franzen.
Pero también hay espacio para personalidades del mundo del cine, como la actriz y activista social Jane Fonda o tres realizadores tan interesantes como Spike Lee, David Lynch y Martin Scorsese. Estos últimos representan las posturas más variopintas posibles: del ateísmo del primero al catolicismo del último (bien patente en buena parte de su filmografía), pasando por la particular espiritualidad del autor de Una historia verdadera, película que centra su conversación, y a partir de la cual su autor expresa que cree en un ser todopoderoso y eterno, pero no en el ejercicio de las iglesias organizadas.
Para muchos, Una historia verdadera es un verdadero milagro cinematográfico, al nivel de películas religiosas como Ordet de Dreyer: la odisea real de Alvin Straight, anciano que recorrió más de trescientas millas, a cinco por hora, durante seis semanas, para visitar a su hermano enfermo con el que llevaba años sin hablar, tiene una capacidad de emoción redentora que para sí quisieran muchas obras explícitamente pías.
Decía Luis Buñuel, uno de los más grandes genios, si no el que más, que ha dado el cine español, que él era ateo por la Gracia de Dios. Siempre prolijo en productivas contradicciones, también decía (y es algo que comparte la novelista Grace Paley, una de la entrevistadas en el libro que nos ocupa), que aunque no creía en una personalidad omnipresente y todopoderosa, aceptaba el misterio, incluso los milagros, como algo inherente a la existencia humana. Un servidor, que al respecto comulga bastante con el autor de Viridiana, prefiere otra de sus sentencias: que un día sin reírse es un día perdido. Se crea o no se crea en cualquier otra cosa.
¿Crees en Dios? está editado por El Tercer Nombre.