Opinión

La Hoguerica

Cuando creía que habían terminado las fiestas voy y me entero de que hasta San Antón fiestas son, y es que, aunque parezca increíble, hay gente que todavía no ha retirado los adornos navideños, de hecho hasta el mismo día de San Antón está expuesto el Belén en la Casa de la Cultura, que seguro que aún hay alguien que no ha tenido tiempo de verlo. Si es así, ya llega tarde.
San Antón es principalmente conocido por ser el patrón de los animales, humanos incluidos porque, como decía la semana pasada, somos animales de costumbres, y algunos demasiado animales; Antón también es patrón de los ermitaños, los amputados, de algunas profesiones como los enterradores y de los afectados por enfermedades de la piel en general. Cuenta la leyenda que atravesando el desierto tuvo que enfrentarse a las tentaciones del sexo, el triunfo y las riquezas, que para eso bien hay que ser un santo, como refleja el famoso cuadro de Dalí que representa estas tentaciones encima de unos elefantes con las patas alargadas. En su honor se celebra el desfile de animales, en el que está prohibida la presencia de los llamados animales exóticos, los no considerados de compañía; a sus dueños, por supuesto, les gusta exhibir sus extraños animales, pero la Policía Local ya tiene bastante con controlar las diferencias entre perros, gatos, pájaros y otras mascotas domésticas. En este desfile se suele aprovechar para reivindicar los derechos de los animales y denunciar el maltrato que sufren algunos de ellos; tal vez este año denuncien el abandono presupuestario de Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Villena, que hemos podido conocer gracias a la importancia que cobra cualquier asunto relacionado con la plaza de toros y los gatos que vivían de okupas en sus corrales.

Las hogueras son una especie de homenaje al fuego como gran descubrimiento del hombre, y desde tiempos inmemoriales sentarse frente al fuego ha sido una costumbre común a todas las culturas del mundo. Antiguamente, cuando no existía el servicio de recogida de enseres o el eco-parque y se desconocía el significado de la palabra reciclaje, se hacían montones de muebles, maderas y otros enseres viejos en distintas zonas de las ciudades para quemarlos, tal vez sea el momento de quemar los embalajes de cartón de los regalos navideños que por alguna extraña razón todavía conservamos y reutilizarlos, aunque también podríamos depositarlos en el contenedor azul y reciclarlos.

La festividad de San Antón da comienzo en la víspera del diecisiete de enero con el encendido de la hoguera, una tradición que en Villena tiene más de trescientos años. Se preparan y se bendicen toñas, que siempre cuesta más hacerlas que bendecirlas, porque supongo que no las bendecirán una a una. Luego se subastan, la gente se acerca a ver la hoguera, que se mantiene encendida hasta la noche del día del santo, también se lanzan cohetes, muchos cohetes, sino que se lo pregunten a Antonio, el Morterete, donde quiera que esté.

La madera ardiendo te hipnotiza y sin darte cuenta te quedas bobo mirando cómo se consume. Será cierto el mito de que si miras fijamente al fuego te meas en la cama, si fuera así los bomberos dormirían con pañales. El calor de una hoguera será siempre insustituible y no hay nada como un buen par de toñas de las que las panaderías de la ciudad preparan con esmero para el concurso que se celebra en la festividad de San Antón. Si tienen chimenea o barbacoa (hay que tener cuidado donde se enciende una hoguera) no pierdan la oportunidad de encenderla, aunque no haya nada que celebrar, y mírenla todo lo que quieran que aunque luego sueñen con la fogata no creo que se levanten con el colchón mojado. Eso sí, no les recomiendo que miren mucho la taza del baño, porque si sueñan con ella es más probable que se lo hagan encima.

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