La Junta de la vergüenza
En la última Junta de Gobierno municipal de Villena, como ya se sabe, se aprobó la adjudicación de la realización de una corrida de toros en plenas fiestas (día 7 de septiembre) a la empresa La Joya del Vinalopó. Acto lamentable no exento de malas prácticas políticas, administrativas, económicas, ni falto de polémica ni enfrentamiento con los y las ciudadanas. Y nada más porque los toros no tienen la capacidad de hablar ni organizarse políticamente.
Haciendo memoria, el año pasado no hubo corrida en fiestas porque Richart se hizo un lío a última hora, pero las intenciones eran las mismas. Y más atrás todavía, en 2012, sí se celebró corrida de toros. No es la primera Junta de Gobierno donde se toma la decisión de sentenciar de muerte a 6 toros, pero sí que es la primera donde aparecen unas características que envuelven a la decisión de cierta ilegalidad e ilegitimidad.
Como han señalado otras personas, en los tiempos actuales de pérdida de afición a las corridas, de seguridad para las personas (que no para los animales), y de gastos por hacer uso de la plaza, una empresa no puede esperar tener rentabilidad al hacer la corrida. Es aquí cuando la decisión de adjudicar necesita de un dinero extra, dinero público en el caso de este año, para sufragar los gastos de cesión y uso de la plaza los 4 días anteriores y los 3 días posteriores, más lo que supone poner el albero y su mantenimiento posterior con la supuesta tarima.
Estos dos conceptos (otros días de uso de la plaza distintos al acto en sí y la instalación de añadidos a la plaza, como el albero) se regulaban ya anteriormente en el Reglamento de Uso de la Plaza Plurifuncional, hecho que el pliego omite y por eso contiene algo no diferente, sino lo contrario. Precisamente, el Reglamento señalaba con claridad que esos gastos corrían "por cuenta e iniciativa de quién utilice las instalaciones" (la empresa), por lo que el pliego es nulo de derecho en las cláusulas que señalo de este año.
Circunstancias denunciadas por la Plataforma Animalista de Villena, en un escrito al ayuntamiento de Villena que por lo que me he informado sigue sin respuesta, pese a la importancia que tenía en la toma de decisión final y por lo inútil que es responder a posteriori cuando ya está todo aprobado.
Es más, la Plataforma ha hecho gala de la máxima publicidad posible de sus reclamaciones del escrito: notificación a otras asociaciones, a los medios de comunicación locales, difusión por las redes sociales, para acabar finalmente en una concentración, a la que acudieron 80 personas y que tuvo un apoyo ciudadano mucho más amplio que no pudo estar ahí (ya sea por motivos de trabajo, vacaciones, información llegada demasiado tarde...).
Ese clamor popular que se expresó en la Plaza de Santiago el lunes, contrasta con la imagen ofrecida por los y las representantes de la Junta de Gobierno que votaron a favor de la adjudicación de la corrida: 2 horas escuchando gritos, recibiendo peticiones de diálogo, ante un pliego que se aprobó con la mínima transparencia, y una mesa de contratación de dudosos criterios de valoración, y unas empresas con técnicas oscuras y demasiado acostumbradas a ser contratadas pese a sus carencias de seguridad laboral, de contar con las capacidades técnicas y de licencias exigidas...
Claro, que pasa lo de siempre: ante un público taurino con un exceso de influencia en ciertos partidos (PSOE, VCD y PP), ciertos concejales y concejalas ven más pragmático y recogedor de votos celebrar las corridas sí o sí. E ignoran si es legal, si se hace con transparencia, si cuenta con el apoyo de la gente, si los procedimientos son abiertos o no, e ignoran lo más fundamental: que al final del día 7 habrán sido culpables directos de la muerte de 6 toros y de su maltrato.
Es la separación entre las decisiones políticas (ya que esta no es ni económica, porque hace perder dinero al ayuntamiento) y las decisiones éticas, la que hace que esta Junta no sea un ejemplo de democracia, de país que cree en el progreso y abandona la crueldad que no se puede justificar con la tradición, la que provoca vergüenza a muchos ciudadanos/as que señalan a Villena como ciudad de tortura animal (algo que la "Marca Villena" no puede tapar), y la que hace que los y las concejales que aprobaron este año la corrida lo hicieran a escondidas y desmintiendo datos que no tienen discusión, porque enseñaría una evidente falta de argumentos ante este acto cruel y que nos hace ser peores personas.
La Junta vendió el lunes democracia creyendo que era a cambio de votos, pero fue a cambio del respeto a ellos y ellas como representantes. Otro varapalo para las tan sacrificadas Juventudes Socialistas, que con comunicados y la participación en la concentración dan la espalda a ese PSOE con un programa electoral que no incluía el apoyo incondicional a las corridas de toros, ya que iba en su programa oculto.
Para terminar, comparto una frase que mencionó una compañera al conocerse que la corrida fue aprobada en la Junta: a esto no se le puede llamar democracia porque en las democracias las leyes son para mejorar las vidas, no para quitarlas.