La lamentable actitud de un cobarde intenta deslegitimar un derecho democrático (Carta al director)
Los actos de recogida de firmas se han practicado quizás en exceso en nuestra ciudad en los últimos tiempos. El ciudadano estampa su rúbrica en un papel y hace constar sus datos con la esperanza de que sirva para algo, esa manifestación de disconformidad que como vecino tiene derecho a evidenciar.
No pretendo justificar el exceso de confianza que desde la Federación supuso entregar las firmas sin comprobarlas, es más como miembro de la misma me siento igualmente responsable por no haber estado junto con mis compañeros para repasarlas, aunque tengo claro que mi presencia no hubiera alterado el error que se cometió al pensar que era improbable encontrar a personas con tan mala fe y con tan alto desprecio al acto democrático que supone una manifestación tan pacífica como ésta.
La aparición de estas firmas, aparentemente redactadas por la misma persona, no es una chiquillada, no tiene gracia y lo que realmente espero es que no se trate de un encargo por parte de los más interesados en desacreditar las mismas.
El intentar hacer chistes con el tema es rastrero, el hablar de falsedad documental y de falta de seriedad de un movimiento ciudadano que se limita a divulgar los sentimientos de los vecinos es típico del discurso chavista que monta bromas como ésta para desacreditar ante la opinión pública a sus opositores.
En la pasada legislatura se produjo una recogida tan respetable como ésta, en la que determinadas personas reconocieron haberse inscrito en más de una ocasión, es sorprendente que en este caso el fraude se haya detectado de manera tan inmediata.
No trato de tomar partido por ninguna postura en este escrito, creo que son los ciudadanos los que deben decidir lo que se hace en su ciudad y en su barrio, sólo pretendo evidenciar mi apoyo a las manifestaciones espontáneas de participación ciudadana, y reclamar que se investigue al redactor de la hoja de los famosos pues es lógico pensar que es un dinamitero contrario a la apertura de Luciano López Ferrer, corto de entendederas, de escasa formación democrática o siervo fiel de algún reino en declive.
Fdo. Ángel Giner