La lentitud burocrática, el mejor aliado de los indeseables y el peor enemigo del ciudadano
Tras la publicación en EPDV sobre el desalojo y la posterior ocupación de una casa sita en calle La Rambla de nuestra ciudad, posiblemente quebrantado una sentencia judicial, por una familia que la ocupaba ilegalmente desde hace dos años y ante la queja de los vecinos del barrio de El Rabal que han presentado en el juzgado 1.500 firmas exigiendo un nuevo desalojo de esta familia, hemos recibido información sobre el caso, tanto del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana como del mismo juzgado de Villena.
Con fecha 16 de junio y después de una llamada telefónica de la Oficina de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, en un correo electrónico se nos comunicaba:
El lanzamiento (desalojo) fue ejecutado por el juzgado de Villena número 3, por exhorto de un juzgado de Denia. Es decir, la causa por la ocupación de la casa se lleva en Denia. Y el juez le pide a la de Villena que ejecute una decisión que él ha tomado. La juez de Villena así lo hace, no puede ser de otro modo. Días después, la ocupante volvió a aparecer en el interior de la vivienda. Pero no hay ningún atestado que recoja que esa mujer está, de nuevo, ocupando irregularmente la casa. Se puede suponer, pero las suposiciones no pueden servirle a un magistrado. Por eso la gente puede estar muy enfadada, pero no es responsabilidad de esta juez. Además, el exhorto de Denia es un lanzamiento de una empresa contra un particular que no es esta mujer, a la que se considera tercer ocupante de la casa.
La juez de Villena no puede actuar si no hay un procedimiento. Y ella no tiene ninguna denuncia sobre la ocupación ilegal de la vivienda en cuestión. Hay, eso sí, unas diligencias previas abiertas en otro juzgado de Villena contra la misma mujer porque fue pillada intentando entrar en otra casa el pasado 23 de mayo.
Unos días después, 20 de junio, mediante carta certificada firmada por la citada juez, el juzgado decano de Villena se dirigía al director de El Periódico de Villena con el siguiente comunicado:
Como Juez Decana de Villena, ante las publicaciones realizadas en el periódico que Vd. Dirige, los días 10 y 13 de junio de 2011, relativas al desalojo de una vivienda ocupada en el barrio El Rabal de Villena, me es grato comunicar:
1º .- Que el desalojo verificado en su día en la vivienda a que se hace referencia fue ordenado por un Juzgado de Denia, en un procedimiento de título no judicial, y no por ningún Juzgado de Villena.
2º .- Que a día de la fecha no existe, ni se ha presentado, en los Juzgados de Villena ningún atestado o denuncia particular, ni con referencia a los hechos que se indican, ni interesando formalmente nuevo desalojo de la vivienda; con lo que en consecuencia ninguna actuación judicial se sigue ante ninguno de los Juzgados de este partido Judicial.
Sin embargo hemos podido saber, por fuentes policiales, que el día 9 de junio mucho antes de que se nos enviasen estos comunicados la Policía Local abrió diligencias sobre la re-ocupación de la vivienda, presentando estas diligencias en la Guardia Civil de Villena. Dicho cuerpo tramitó las diligencias de la Policía Local y abrió un nuevo caso de posible ocupación presentándolo en el Juzgado de Villena, aunque al parecer estos documentos no llegaron ni al TSJCV ni a manos de la Juez de Villena inmediatamente, puesto que estos dos escritos se realizan con fechas posteriores a las diligencias de la Policía Local 15 y 16 de junio.
EPdV ha intentado hablar con la Juez Decana de Villena, pero ha sido imposible debido a la carga de trabajo de la magistrada y el retraso en la celebración de algunos juicios. No obstante se nos comunicaba, mediante una llamada telefónica, que la documentación presentada por la Guardia Civil en el Juzgado de Villena, se le entregaba a la Juez Decana al día siguiente de haber enviado los comunicados, transcritos anteriormente, a El Periódico de Villena, haciendo hincapié en el interés de todos los estamentos implicados para solucionar esta delicada situación que tiene soliviantados a los vecinos de El Rabal.