La locura justa y necesaria
Abandonad toda esperanza, salmo 518º
Acaba de llegar a los cines Alicia a través del espejo, segunda parte de aquella Alicia en el País de las Maravillas que Tim Burton realizó en 2010... Si bien el director de Eduardo Manostijeras ya no repite como director y se limita a producir esta secuela, más una historia original que utiliza a los personajes de Lewis Carroll que una adaptación literal del segundo libro de Alicia. El resultado final podrá gustar o no: al director James Bobin y su equipo se les echa en cara, además de la escasa fidelidad al material de partida, su exceso de espectacularidad; por mi parte, yo disfruto de la lectura feminista ya presente en la entrega anterior y de cierta ambigüedad que adivino a la hora de distinguir entre personajes positivos y negativos. Pero sea como sea, que se realice y se estrene este film se me antoja una excelente noticia: primero, porque supondrá el primer acercamiento a la obra de Carroll para muchos jóvenes espectadores y, esperemos, futuros lectores. Segundo, porque se impulsa la recuperación de una obra en principio libre de derechos en su redacción original (la traducción es otro cantar). Y a la hora de distinguirse unas de otras, las editoriales suelen apostar por un hipertexto en condiciones, a veces definido por un componente visual deslumbrante.
Este es el caso de la reciente edición de Nórdica, que se caracteriza por un catálogo impecable compuesto por publicaciones de magnífico acabado, y que aquí ha confiado en el arte de Fernando Vicente para ilustrar el segundo viaje de la joven Alicia a Wonderland. Llegado este punto me permitirán que les cuente que después de admirar durante mucho tiempo su trabajo en libros y carteles varios -siempre insisto en que su Drácula es una gozada-, tuve el placer de conocer en persona a Fernando en la edición de Castelló Negre del año pasado: la organización tuvo a bien sentarnos a ambos como invitados en una mesa redonda sobre cómic policíaco, y descubrí lo poco que se corresponde a veces la realidad con la imagen que suele tenerse del artista como una persona bohemia cuando no de conducta directamente misántropa. Muy al contrario, Fernando se reveló como un individuo afable del que destacaría la paz que transmite y la educación de la que hace gala, como si se tratase de un caballero de otra época. Pese a este talante formal, en las páginas de su Alicia a través del espejo -porque ahora es suya no diré que tanto como de Carroll, pero casi-, el artista se deja poseer por la dosis justa y necesaria de locura y recrea a su manera criaturas que hemos visto antes de la mano de otros muchos artistas, empezando por el seminal John Tenniel, en una tradición que puede sentirse orgullosa de contar con Fernando Vicente en sus filas a partir de ahora.
Y ya que hablamos de libros ilustrados, harían bien en hacerse (sí, también) con el Macbeth de William Shakespeare que ilustró Raúl Arias y publicó en edición bilingüe con el primor del que siempre hace gala Reino de Cordelia. Que se cumpla ahora el cuarto centenario de la muerte del escritor inglés y que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte haya concedido a este volumen el galardón que lo acredita como el libro mejor editado del año pasado en la categoría de "Obras generales y de divulgación" (casi nada), hacían conveniente una segunda edición que podrán encontrar en cualquier librería mínimamente surtida para el disfrute de sus intelectos y sus retinas. La nueva traducción de esta gran tragedia de ambientación histórica y atmósfera terrorífica corre a cargo de José Fernández Bueno y el incansable Luis Alberto de Cuenca (de quien volveré a hablarles en breve a propósito de un reciente libro suyo); y aunque nueva ahí está la eterna descripción de la vida como "un cuento contado por un idiota, lleno de sonido y de furia, que nada significa". Un idiota, término que puede traducirse al inglés como fool, y este a su vez significa también loco. Al parecer, de la locura no se libra nada ni nadie; tampoco la impresionante labor de un Raúl Arias desatado: las suyas son unas ilustraciones realizadas "casi con sangre", tal y como reza el texto de la contracubierta, y que será mejor que descubran por ustedes mismos.
Para finalizar, quisiera recordarles que Macbeth cuenta con una nueva adaptación cinematográfica que acaba de aparecer en formato digital. Es cierto que muy pocas veces les hablo de ediciones domésticas, pero en este caso había que hacer una excepción por dos razones: la primera, porque esta película dirigida por Justin Kurzel se estrenó a finales del 2015, y con el lío de las listas de lo mejor del año y la consiguiente resaca apenas le dediqué unas líneas fugaces a una cinta que merece mucha más atención. La segunda, porque podemos disfrutar, además de una edición más sencilla, de otra que por el cuidado que A Contracorriente Films le ha dedicado merece que se venda y mucho para que puedan seguir editándose otros productos en condiciones similares. Se trata de una tirada limitada en formato steelbook (esto es, caja metálica), con un diseño de gusto exquisito, que incluye la película tanto en Blu-ray como en DVD (así no tienen la excusa de no disponer de un reproductor de alta definición), ambos con material extra más que interesante, así como cuatro postales exclusivas con imágenes promocionales del film. En resumidas cuentas: una maravilla para ver y palpar con deleite porque, a veces, como ocurre con los libros comentados más arriba, el envoltorio es mucho más que un simple soporte físico y se acaba convirtiendo en parte fundamental del consumo de cultura. Pensar que un PDF mal maquetado o un disco Verbatim pueden proporcionarnos el mismo placer sería, eso sí, una verdadera locura.
Alicia a través del espejo se proyecta en cines de toda España; Alicia a través del espejo y Macbeth están editados por Nórdica y Reino de Cordelia respectivamente; Macbeth está editada en DVD y BD por A Contracorriente Films.