Opinión

La Losilla o la plaza del Rollo, hay que decidir

En pocas ocasiones se tiene la oportunidad de poder hablar, distendidamente, con todos los presidentes que componen la actual Junta Central de Fiestas. Este domingo, durante la celebración del día de La Esclavitud, tuve la suerte de poder hacerlo y, créanme, lo vivido en esas escasas dos horas no tuvo desperdicio.
La camaradería existente entre los actuales presidentes ha hecho que las proposiciones efectuadas antes de fiestas calasen en los festeros y que estas fiestas sean un punto de referencia para años posteriores. Todos los temas tratados, “a toro pasado”, fueron relativos a los desfiles de estas últimas fiestas. Ningún desfile quedó indemne de las críticas o alabanzas, sobre la organización tanto en el desfile, en sí, como al inicio (en la calle Nueva), cuando hubo que formar a las diferentes comparsas. Los presidentes de las asociaciones con menor número de socios no tuvieron grandes problemas para formar a sus asociados, pero las grandes tuvieron que luchar contra viento y marea para que los bloques avanzasen y no se obstaculizase el paso a los siguientes.

El momento álgido, para el comienzo de la Entrada, se encuentra cuando ya pasado el Bando Moro, las comparsas “grandes” (Piratas, Estudiantes, Contrabandistas e incluso la Comparsa de Labradores) tienen que comenzar a organizarse para empezar a desfilar con las bandas de música. Este es el momento que desborda a los directivos que se encargan de tal menester. Imagínense a 2.000 Estudiantes, 1.700 Andaluces y a las casi 30 bandas de música que contratan ambas comparsas todos los años; poco antes 2.000 Piratas y 250 Marinos Corsarios, pero inmediatamente después, 850 Labradores, todos con sus respectivas bandas de música. Solamente estando presentes se lo podrían imaginar. Los directivos han hecho, como en años anteriores, un trabajo exquisito y sin ningún contratiempo. Entre “charraícas” o indirectas, tanto La Losilla como la plaza del Rollo volvieron a salir a la palestra como lugares idóneos de inicio de los dos grandes desfiles. Entre los máximos mandatarios de la fiesta se comentabas que la Calle Nueva no es solución, en ciertos momentos, para comenzar la Entrada.

Los presidentes del Bando Cristiano, comentaban estos aspectos de pasada, pues hay que tener en cuenta que todos ellos, excepto el de la Comparsa de Maseros, finalizan su mandato en este año. Solamente la comida de hermandad y la junta general de presentación de cuentas les separan de dejar de ser los representantes de sus comparsas. Me dio la impresión de que algunos de ellos con gran nostalgia deberán dejar sus cargos, ya que el trabajo realizado durante los años al frente de sus respectivas asociaciones, deja enemistades, pero sobre todo quedan amigos y lo más importante, ¡para siempre!. Y es que el trabajar codo con codo durante tres años o más, soportando críticas, hace que busques un apoyo en quien tiene los mismos problemas que tú o similares.

En resumen, importante experiencia la vivida este domingo. Únicamente me queda despedir a los presidentes salientes, dar la enhorabuena por el desarrollo de las fiestas a todos y destacar la gran unión existente entre ellos. Ojala los que resulten elegidos próximamente entren a formar parte de esta piña que, en su momento, hicieron todos los presidentes actuales. Las fiestas van por buen camino si se siguen las directrices que marcó “Entrefiestas”.

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