Cita con las Citas

La mofa y el escarnio

Para aquella “intelligentsia” local las fiestas patronales habrían de ser buenos conciertos, pasacalles de bandas, certámenes literarios, concursos escolares…

Que nuestras preocupaciones y sensibilidades no son novedad lo revela la "entrevista" que El AguaorJosé María Menor Hernández– imaginó en el número 12 de El Bordoño, publicado en Villena el dos de septiembre de 1906.

En las vísperas de las fiestas patronales el ingenioso villenense entrevista a la Mahoma que entre otros comentarios manifiesta: —¿Conque se acercan las fiestas, eh? ¡Maldición! Pues hacedle saber a vuestro Director que me negaré terminantemente a ser la mofa y el escarnio de las muchedumbres y no consentiré jamás que me exhiban en el castillo de la Puerta de Almansa para que después me destrocen la cabeza vuestros valientes caudillos con sus arcabuces; eso no es justo; eso no es humanitario; eso no está en el programa. El entrevistador quitando hierro al asunto replica argumentando que se trata de una broma, de un simple simulacro para conmemorar el triunfo de la cruz sobre la media luna.

La cuestión no deja de ser compleja. Cierto que en Villena ya no se produce el destrozo material de la efigie y que se trata para muchos, tanto en Villena como en Biar –sobre todo en Biar–, de un elemento de las Fiestas tan entrañable como imprescindible, símbolo incluso de hermandad entre los pueblos vecinos que con orgullo y hasta veneración la comparten pero… Pero el nombre… El nombre… La exposición de una figura con el nombre del profeta del Islam…

A veces, las tradiciones, costumbres respetables y afectuosas, derivan en callo. O sal sobre herida. En Villena, un simulacro de victoria política que se remata en la apreciada Conversión con la victoria espiritual. Pugna de dualidades servidas en la bandeja simple del maniqueísmo. Tan popular. Pero que atendiendo sensibilidades deriva sin duda en compleja cuestión.

Por otro lado, la Interviú con la Mahoma imaginada por El Aguaor se suma en aquella época a la reivindicación de unas fiestas patronales conmemoradas con actividades culturales antes que con "fantochadas". Porque como "fantochada" veían las élites culturales locales todo lo relacionado con el simulacro, hoy enaltecido, de Moros y Cristianos. No en vano, en la "entrevista" la Mahoma depondrá su queja resignándose a celebrar las fiestas al enterarse de la participación de una prestigiosa banda de música en los festejos. Al cabo, para aquella intelligentsia local las fiestas patronales habrían de ser sobre todo eso: buenos conciertos, pasacalles de bandas, certámenes literarios, concursos escolares y… Y lejos cualquier mofa y escarnio.

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