Barrios

La muralla medieval de Villena según los datos aportados por los investigadores

No nos es posible afirmar con rotundidad que la Villena musulmana previa a la conquista cristiana de 1240 estuviera amurallada. Pese a ello, lo podemos intuir dados los casos de medinas musulmanas próximas que sí estuvieron amuralladas, como Alicante1, Elche2 o Biar3, en las que quedan vestigios de las murallas de época islámica.
Décadas después de la conquista, Villena fue escenario de la revuelta mudéjar de 1264, tras la cual pudo haberse demolido la mezquita mayor para levantar la Iglesia de Santa María4. Además de que posiblemente se expulsara a la población musulmana que vivía en el entorno de la actual Plaza de Santiago (de cuyas viviendas se han encontrado restos en la calle Marqués de Villores5 y en la calle Mayor6) con el fin de levantar el nuevo barrio de los colonos cristianos, que más tarde sí estaría amurallado. Esta primera llegada de pobladores cristianos pudo tener lugar entre 1264, fecha de la revuelta mudéjar, y 1270, fecha del otorgamiento por parte del primer señor feudal de Villena, Don Manuel, del primer fuero municipal7. Mientras tanto, el grueso de la población islámica se mantuvo en el actual barrio del Rabal, que quedaría convertido, como su nombre indica8, en un arrabal de la nueva villa cristiana, conocido como Arrabal Mayor9. Es aquí donde pervive la trama de callejones estrechos y laberínticos, azucaques y pequeñas plazas propia del urbanismo musulmán10; donde estaría la mezquita mayor y junto al cual estaba el mayor cementerio de época islámica, el de la Losilla11. Los repobladores cristianos, en cambio, pasarían a habitar una zona de nueva fundación que se corresponde con el actual barrio de San Antón, con una trama de calles mucho más regular12.

La duda es, de nuevo, saber si los musulmanes habían estado defendidos por alguna muralla y, de ser así por qué tras la conquista cristiana esta muralla ya no existía. Pudiera ser que la muralla musulmana fuese derruida por los cristianos13 como medio de control de la población musulmana en una situación de inferioridad numérica hasta la llegada de repobladores cristianos; o bien que esa muralla nunca hubiera existido, y fuese el propio Castillo de la Atalaya el que sirvió de refugio para los musulmanes desde su construcción, a finales del siglo XII. Esto último se fundamentaría en la necesidad en época almohade de construir un castillo refugio que complementase al existente castillo vigía de Salvatierra; y en el gran tamaño del Castillo de la Atalaya14, capaz de alojar a varios centenares de personas en su interior.

La muralla medieval
Fue en 1308 cuando el entonces señor feudal de Villena, don Juan Manuel, construye la muralla medieval cristiana de Villena15. Esta muralla, de recorrido más o menos circular, saldría del Castillo por su parte norte, para descender por la actual calle José Zapater y, más adelante, por las calles Juan Chaumel y Joaquín María López hasta torcer hacia el sur, a la altura de la que sería la Torre de Pedro Bueno16. A partir de ahí la muralla correría paralela a la actual calle Corredera, tal y como sucedió en otras poblaciones que tienen o tenían calles Corredera.

La muralla no solo explica la forma circular de esta calle, sino también su nombre actual17, pues al tratarse de un lugar amplio al otro lado de los muros se utilizaría como corredera de bestias. También explicaría la forma de los pequeños callejones como el de las Revueltas, Quevedo o El Chicho, que a su entrada desde la Corredera hacen un quiebro posiblemente derivado de la existencia de la propia muralla18. Nuestra muralla seguiría hasta las cercanías de la actual calle Maestro Caravaca19, para hipotéticamente virar hacia la calle Mayor, por la que continuaría hasta las cercanías de Santa María. Aquí volvería a girar para subir paralela a la Subida a Santa Bárbara, y de ahí de vuelta hasta el Castillo de la Atalaya.

Hay que señalar, y esto es importante, que la muralla no pasaría por las mismas calles, sino que estaría situada más hacia dentro, en el interior de las casas actuales que dan al recorrido20, pues sabemos que desde al menos el siglo XVI se fueron adosando casas a la parte externa de la muralla21. Si bien esto no siempre era así, pues en la calle José Zapater, antiguamente conocida en Villena como “Calle del Muro”, la misma fachada de la casa número 23 está formada por 7,5 metros de la propia muralla. Además, justo unos metros más arriba, parte de la fachada del número 27 sobresale de igual modo que la anterior, con una altura y una ligera curvatura en la fachada idéntica a las del número 23, lo que podría indicar que se trata de otro tramo del cercado. Más abajo, en la calle Juan Chaumel, se encontraron restos de muralla tras un derribo22. También quedan grandes lienzos de muralla visibles junto a la explanada oeste del Castillo (11,60 m de longitud) (Imagen 1); y junto a la parte superior de las escaleras de Santa Bárbara (15 m de longitud) (Imagen 2). Además de importantes restos bajo tierra en la calle Ramón y Cajal, llegando a la “Puerta de Almansa” (2,60m de longitud). Respecto a la altura real de la muralla, que desconocemos, el tramo de mayor altura existente alcanza los 6,60 m23.

Gracias a los restos existentes sabemos que la muralla se levantaba sobre un zócalo de mampostería, estando realizada mediante encofrado de tapial de arena, gravilla y cal, con un acabado exterior de mortero de cal24. Estos restos tienen una media de 1,77 metros de anchura. También sabemos que la muralla estaba almenada, y que tenía torres cada cien pasos25 (140 metros aproximadamente).

Algunas de estas torres estaban hechas de tapial, mientras que otras eran de piedra y argamasa26. Estas últimas podrían ser las torres principales del cercado. En cuanto al aspecto de las torres de la muralla, en el famoso dibujo de nuestra ciudad realizado por J.F. Palomino en 1778 (Imagen 3) vemos claramente uno de los torreones menores, que parece tener forma troncocónica, posiblemente achaflanado en el lugar de contacto con la muralla, la cual vemos a ambos lados del torreón27. No se aprecian almenas, pese a que las hubo. Este torreón pudo ser la conocida como Torre de las Cigüeñas28, si bien este apelativo pudo corresponder a la cercana Torre del Reloj. En cuanto a las torres principales, sabemos que en 1563 los miembros del Concejo de Villena afirman que la muralla tiene tres torres principales: la de la Puerta de Almansa, la de Pedro Bueno y la de la Puerta del Molino29. A nuestro juicio faltaría una cuarta torre principal que sería la de la Puerta de la Villa, que en ese momento los miembros del concejo ya no considerarían una torre de la muralla, por estar reconvertida en Torre del Reloj, similar a lo sucedido con la Torre del Reloj de Úbeda o la Torre de Calendura en Elche30. Esta torre sería más adelante la famosa Torre del Orejón31.

Las puertas de la ciudad
La muralla tenía tres puertas principales, además de pequeños postigos que se corresponderían con muchos de los callejones actuales32, como la Subida a Santa Bárbara, cuyo actual arco rememora un postigo de la muralla33.

De las tres puertas principales, conocemos la existencia de la Puerta de Almansa, al norte; la Puerta del Molino34, al oeste, bajando de Santiago hacia la Corredera por la actual calle Coronel López Tarruella, antes calle de la Puerta del Molino35; y la Puerta de la Villa36, también llamada de la Plaza37 o de la Fuente38, situada al sur, a mitad de la calle Mayor, entre la calle del Arco (que bien podría recibir su nombre de esta antigua puerta) y la Subida a Santa Bárbara, antigua calle del Reloj por estar situada, precisamente, frente a la Torre del Reloj o del Orejón. Tal y como hemos visto más arriba, sabemos que cada una de las tres puertas tenía una gran torre cada una. Esto nos permite hacer suposiciones sobre el aspecto de las puertas. Así, lo más probable es que estuvieran formadas por un gran arco a modo de dintel, con uno de sus extremos apoyado o próximo a una de estas torres principales, tal y como sucede en Biar con el Portal de Xàtiva o con el de Castilla. Por otro lado, también pudiera ser que al contrario de lo que se ha pensado, las puertas formaran parte de las propias torres, estando situadas bajo las mismas, como sucede en algunas puertas de murallas medievales como por ejemplo el Porche de San Antonio, de Lorca, obra cristiana edificada entre el siglo XIII y principios del XIV. Sobre la posible situación de las torres principales respecto de sus respectivas puertas, sabemos que el Concejo de Villena se reunió en 1485 “en la torre de en somo (encima) de la puerta de la Villa”39. Tras la demolición de esta torre en la Guerra de Sucesión, a principios del siglo XVIII, se construye una nueva torre, de la que sabemos, por el Atlante Español de 1778, que estaba colocada sobre la Puerta de la Villa40. Esta segunda torre, conocida también como Torre del Orejón, se demolería en 1888. Más tarde, en el engalanamiento de calles que en 1948 llevaron a cabo los villenenses con motivo del XXV aniversario de la Coronación de la Patrona, los vecinos de la calle Mayor “reconstruyeron” de forma temporal la Puerta de la Villa, colocando sobre la misma, una copia reducida de la Torre del Orejón. Esta copia no la colocaron a un lado del arco, sino justo en el centro, sobre el mismo arco. Teniendo en cuenta que solo hacía 60 años que se había derribado la torre, probablemente algunos de los allí presentes la hubieran conocido de niños o jóvenes, y recordaran su situación respecto de la puerta. Testigo también de la torre había sido Gaspar Archent, quien nos dice en su Romancero Villenense que la torre se levantaba “sostenida por un arco, que daba acceso a la plazaImagen 4), nueve años antes de que fuera demolida la Torre del Orejón, donde aparece el “arco de la Calle Mayor” (Puerta de la Villa), junto al cual, en su lado izquierdo, sobresale claramente una parte del edificio contiguo (antiguo Almudí), que pensamos se correspondería ni más ni menos que a la propia torre, por lo que estaría en un extremo de la puerta y no sobre la misma.

El barrio del Rabal
En cuanto al barrio del Rabal, este no estaría amurallado, algo que podemos deducir de la Relación de Villena de 157544, donde en primer lugar se dice que solo una parte de Villena está amurallada, pues “En la çiudad de Villena (...) ay un castillo (...) fabricado sobre una peña, del qual castillo prinçipia la cerca y muro que rodea y abraça parte del dicho pueblo, y esta parte del pueblo se llama lo çercado de la ciudad”. En segundo lugar conocemos la existencia de arrabales, pues “parte della (de Villena) esta fundada en peña espeçial, los arravales que an dexado las casas e edifiçios que estavan fundados en questas y en peñas y se an deçendido a fundar en lo baxo e llano”. Estos arrabales fundados en cuestas y peñas corresponderían al Arrabal Mayor, o Barrio del Rabal, mientras que los otros arrabales de la parte baja y llana corresponderían al Arrabal de San Francisco: el antiguo cinturón de conventos y monasterios de la ciudad (desde el actual Paseo de Chapí, pasando por Plaza de las Malvas, hasta la Plaza del Rollo). Pero la Relación, además, nos dice que“ay dos iglesias parrochales, la una so invocaçion del señor Sanctiago, dentro de lo çercado de la çiudad, y la otra so invocaçion de nuestra señora Sancta Maria, en el arraval de la dicha ciudad.” Por tanto, si Santa María no estaba en el cercado, o muralla de la ciudad, como Santiago, sino en el arrabal de la ciudad, deducimos lógicamente que el actual barrio del Rabal estaría, como su Iglesia, fuera del cercado o muralla de Villena. Lo mismo nos dice Bernardo Espinalt en 1778, cuando relata que en Villena hay “dos parroquias. La una con advocación a Santa María, y la otra a Santiago (…) que está dentro de los Muros que antiguamente circundaban la Ciudad”45. También sabemos que en 1668, la mayor parte de la población de Villena ya vivía fuera de las murallas46, y que un poco más tarde, en 1706, se acuerda preparar para la defensa de la ciudad durante la Guerra de Sucesión parte de su perímetro, entre otros, “lo que va desde San Francisco a la Plaza del Rollo… y desde la Plaza del Rollo a la Puerta de Biar… y desde la Puerta de Biar hasta Santa Bárbara… y desde Santa Bárbara al castillo…”47, es decir, los dos arrabales fuera de las murallas: el de San Francisco y el Arrabal Mayor.

Que el Rabal no estuviera amurallado no quiere decir que no gozara de cierta fortificación en su parte más sensible, esto es, en la entrada al barrio (y por ende, a Villena) desde Biar y el antiguo Reino de Valencia. Así, en la parte baja de la actual Plaza de Biar se encontraba una de las puertas de entrada a Villena, la Puerta de Biar, que todavía estaba en pie a principios del siglo XVIII48. Incluso con el nombre de “Puerta de Biar” se conocía antiguamente a esta plaza en el callejero local49. Además, se sabe de la existencia de al menos dos torres en varios inmuebles de esta zona, así como de un pequeño tramo de muralla50. En cuanto al resto del barrio, es probable que con el tiempo, las mismas casas que formaban el límite sur del Rabal, es decir, las traseras de los números pares de la calle Baja, sirvieran de “muralla” improvisada, hasta la aparición mucho más tardíamente de calle Nueva. Por último, también conocemos la existencia de la conocida como “Puerta del Sol”, situada en la salida desde la Plaza Mayor hacia la Plaza del Rollo51, la cual pudo estar sujeta a los edificios colindantes; y de la que en la actualidad perviven dos arcos que, sin ser originales, rememoran la existencia de la misma.

Referencias:

42, 51: Amado-Juan Martínez Tomás. La Torre del Orejón de Villena. 2007.
3 Ayuntamiento de Biar. Catálogo de bienes y espacios protegidos – Plan General.
27, 36, 40, 45: Bernardo Espinalt y García. Atlante Español o descripción general de todo el reyno de España: Reyno de Murcia. 1778.
43: “El agua nuestro tesoro y nuestra fortaleza” exposición 100 años comunidad de regantes de la huerta y partidas. Casa de la Cultura y Museo Arqueológico Municipal de Villena. 19 de noviembre a 3 de diciembre de 2015.
10: Fernando Chueca Goitia. Breve historia del urbanismo. Lección 4. 2005.
4, 6: Fernando E. Tendero Fernández, Laura Hernández Alcaraz. Nuevos datos sobre la evolución urbana de Villena aparecidos en la intervención arqueológica del eje Santiago-Santa María. Revista Villena. Pp. 108-117. 2004.
37: Franco Silva, A., Moreno Ollero, A. Las primeras ordenanzas municipales de Villena (1440-1445). 1992.
41: Gaspar Archent Avellán. Romancero Villenense. Historia. Tradición. Leyenda. 1970.
2, 30: José Hinojosa Montalvo. La muralla medieval de Elche. 1992.
18, 33, 38, 39: José Fernando Domene Verdú. El conjunto monumental gótico-renacentista de Villena. 2014.
35, 49: José María Soler. Callejero de la ciudad en el siglo XVII.
7, 11, 15, 16, 29: José María Soler. Historia de Villena desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII. 2006.
44, 25, 26: José María Soler. La Relación de Villena de 1575. 1969.
19, 21, 22, 46: José María Soler. Las Murallas de la Ciudad. En Revista Villena. 1988.
47, 49: José Vicente Arnedo Lázaro: A los cañones. El asedio al Castillo de Villena de 1707. 2006.
9: Laura Hernández Alcaraz. El Arrabal Mayor de Villena. Historia y Arqueología. Ponencia en la Ermita de San José de Villena el 17 de marzo de 2010, dentro de las Fiestas de San José del Barrio del Rabal.
5, 12: Laura Hernández Alcaraz, Luz Pérez Amorós, Marco Aurelio Esquembre Bebia, José Ramón Ortega Pérez: La evolución urbana medieval de Villena: Nuevos enfoques, nuevas propuestas. En II Jornadas de arqueología medieval. De la Medina a la Vila, pp. 195 – 211. 2003.
23, 24, 50: Laura Hernández Alcaraz, Luz Pérez Amorós: Redescubrimiento de un tramo de la Muralla Medieval Cristiana en la Puerta de Almansa. Revista Villena. Pp.95-101. 2012.
13, 14, 20, 28, 32, 34: Marco Aurelio Esquembre Bebiá, José Ramón Ortega Pérez, Miguel Luis Cereceda, José Miguel Esquembre Menor. Las murallas de Villena. Alto Vinalopó. En Castillos y torres en el Vinalopó. 2001.
1: Pablo Rosser Limiñana. Origen y evolución de las murallas de Alicante. 1990.
30: Pedro Villar Sánchez. La Torre del Orejón. 2013.
8, 17: Real Academia Española. “Arrabal: Barrio fuera del recinto de la población a que pertenece”. “Corredera: Calle que fue antes corredera de caballos”. Diccionario de la lengua española, 23.ª edición. 2014.

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