Cartas al Director

La nueva vara de medir

En la mañana del viernes 30 de octubre de 2009 me llevé una desagradable sorpresa escuchando el programa de noticias de la radio local, como telón de fondo en la hora de la comida y al respecto de las críticas que se estaban vertiendo en la persona de la Alcaldesa de Villena Celia Lledó, al no querer despedir o cesar en su trabajo a un cargo de confianza, a raíz de un enfrentamiento personal en las calles de la localidad entre un concejal y el cargo de confianza, ambos del mismo partido político. En este asunto tengo algo que decir.
El día 23 de septiembre de 2001, José Ayelo Pérez, hoy concejal del PSOE y antes gobernante municipal y Director de la Casa de la Cultura de Villena, me insultó gravemente en el exterior del edificio municipal, con una violencia y agresividad impropia de una persona a la que no se le faltó, nunca ni entonces, el respeto por mi parte.

En aquel momento me dirigí al Sr. Alcalde Don Vicente Rodes Amorós y al Ayuntamiento de Villena, para pedir una explicación razonable de si lo ocurrido formaba parte de la responsabilidad de la institución municipal en su labor corporativa de representar y asistir a sus ciudadanos en defensa, precisamente, de sus derechos fundamentales, como el de no ser agredido por una autoridad municipal, sancionando a este funcionario por su comportamiento impropio como Director de la Casa de la Cultura, José Ayelo Pérez.

La Comisión de gobierno municipal, presidiéndola nuestro alcalde D. Vicente Rodes Amorós resolvió, en fecha 16 de noviembre de 2001, lamentar los hechos que se habían producido, no adoptar ninguna medida disciplinaria al respecto y remitirme a una vía legal judicial, ya que según acordó la Comisión de Gobierno: "no actuaba en ese momento en sus funciones de Director de la Casa de la Cultura de Villena, sino a título particular”. Decidí no actuar en la vía judicial para no implicar en el asunto a testigos, cuando me pidieron que no denunciara en el Juzgado, ya que tenían entendido que el agresor iba a disculparse personalmente conmigo. Decir que José Ayelo Pérez, dirigiéndose al alcalde Don Vicente Rodes Amorós, le aseguró que había procedido a esa disculpa. Lo cual, a la postre, fue un cuento del director municipal que resultó ser falso.

De este modo, entiendo que, porqué si antes resultó ser un asunto particular entre ciudadanos, ahora, un asunto similar, tiene que ir nada menos que a un pleno del Ayuntamiento de Villena, donde se deliberan asuntos colectivos y públicos, exigiendo PSOE y Verdes junto a concejales de mi propio partido político una politización que antes el gobierno municipal no permitió. PSOE y Verdes no se disculparon de lo ocurrido a este ciudadano que suscribe, no lo consideraron como un valor de la moral política del ciudadano agredido, seguramente para no relacionar al causante de la infamia con un verdugo "de los de su partido".

¿Es que un concejal o un político, debe tener mayor protección e interés que la del ciudadano que le mantiene económica y socialmente? Más bien debería ser al revés. Así nos va.

No es mi deseo dejar pasar está ocasión, en la que me dirijo a la opinión pública informativa, sin manifestar mi sentimiento de bochorno irrepetible, al tener que contemplar cómo unos concejales municipales del partido político al que pertenezco y he votado, por formar parte de una lista electoral y no por otra cosa, están produciendo semejante espectáculo de incompetencia e irresponsabilidad de gobierno.

Incompetencia, por cuanto que se declaran competentes para fijar ilegalmente los términos de un debate, nada menos que en el Pleno de un Ayuntamiento, sobre una decisión que sólo es competencia de un alcalde/sa, como es el cese de un cargo de confianza, por un asunto exclusivamente particular o privado entre los implicados. Así consta en las actas e informes de la Secretaría del Ayuntamiento.

Irresponsabilidad, por que una vez cometido el abuso político, al exigir la realización de un acto municipal ilegal a la representante de la corporación, se declaran irresponsables de su conducta ante quienes les incluimos en la lista electoral, no para que hicieran lo que les diera la gana sin dar cuenta de lo que a nosotros nos implica, no para que incumplieran la designación con la que de forma constante se les reitera de modo abrumadoramente mayoritario en la asamblea local del Partido Popular, a la que ya ni siquiera acuden a escuchar la voz del pueblo que les votó, sino, esencial y básicamente, para cumplir con las normas que democráticamente, todos, nos hemos otorgado, para el buen funcionamiento de la convivencia en nuestro entorno vecinal más cercano.

Por último, expresar mi satisfacción, frente a este otro despropósito referido, de conocer a muchísima gente de mi ciudad y de otras localidades de la provincia de Alicante, que asumen los valores de la convivencia democrática y de la responsabilidad ciudadana, en unos momentos de incertidumbre e inestabilidad económica, resultado, en lo que alcanzo a conocer, de una crisis en los valores esenciales de identidad histórica en la cooperación, en la solidaridad funcional y territorial de las comunidades y grupos económicos, agravada por la desacertada gestión nacional del "sálvese quien pueda". Mi complicidad, entonces, hacia los que creen que el núcleo de la labor democrática, tanto en la vida cotidiana como en la función política de quien gobierna con esfuerzo, se encuentra en lo que es personal e intransferible, el individuo, el ciudadano como tal concepto político, frente a los cargos, las cosas que nos rodean y las instituciones, que solo son un instrumento para la consecución de un fin en si mismo: la dignidad de la persona. A esto, si que me apunto.

José J. Álvarez Viana
Abogado y Politólogo.

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