Fiestas

La peña “El Cinquico Pelao” en su 25 aniversario: 1992-2016

Lo que nosotros denominamos como "la peña” es un grupo de amigas y amigos constituido por unas 30 personas de toda condición y sexo; además de civiles encontramos piratas, marruecos y estudiantes que fueron los que fundaron “El Cinquico Pelao”. Por tanto hablamos de dos peñas: la peña (civil) del conjunto de amigas y amigos... y la peña “El Cinquico Pelao”, que la formamos los amigos estudiantes de la primera. A saber: Javier Alcaraz Soria, José Beneyto Ripoll, José Fernando Torró Micó, Javier Hernández Hernández, Pablo Gallú Ríos, Juan Hernández Vidal, José A. Llorca Hernández, José López Sánchez, Lucas Ricardo Egea Simón, Rafa Hernández Vidal, Pedro L. Castuera Pérez y el que suscribe, José Vicente Arnedo Lázaro.
El primer nombre oficial que registramos en la comparsa a finales de los años 80 fue peña “El Chupete”. El caso es que a lo largo de los 80, las sucesivas directivas con sus presidentes fomentaron la oficialización de los diferentes grupos de amigos en peñas, para mejorar la vertiente organizativa; era lógico que así se procediese porque ya éramos más de mil socios y organizar dicha masa humana con éxito, requería y requiere un gran trabajo. Pese a que lo de peña “El Chupete” no acababa de gustar a nadie, pasaron unos años sin que se hiciera nada; mucho “no me gusta el nombre de la peña” pero nadie hizo nada para cambiar el nombre.

Desde finales de los 80 hasta principios de los 90, nuestras horas de asueto las pasábamos en "El Karma" (hoy Restaurante Miguel Ángel), "Amnesia" (hoy Estudio de Arquitectura del gran Paquito) y tras sus respectivos cierres en la "Zumería Colosseo" y "Discoteca Camelot" de Santa Pola, de la cual fuimos algunos de sus grandes inversores. Nuestras zonas más visitadas eran las escaleras de Santiago o el Paseo Chapí; allí fue donde a finales de agosto de 1992 se volvió a plantear el asunto del nombre de la peña. Los presentes propusieron nombres pero la “junta” se pospuso para la cena del 4 de septiembre. Aquella cena la hicimos varios años en una de las casas que don Rafael Egea, médico comadrón y padre de nuestro Lucas, tenía y tiene en la Corredera; por entonces vivía en ella su hijo Elías y que también era médico como su padre, cirujano en este caso. Tras presentarse varias opciones salió elegido democráticamente como nombre oficial "El Cinquico Pelao".

Muchas cosas hemos vivido estos 25 años que son 30 con los del “Chupete” junto a otros 15 que “sólo” éramos estudiantes; unas confesables y otras literalmente no por haber sido testigo. Una de las grandes diferencias que atesoramos con respecto a otras peñas es que los componentes del “Cinquico” somos amigos desde inmemorial y no sólo de fiestas; este hecho ha marcado con propiedad a la peña porque la “Filosofía Festera” que nos ha regido ha sido el pasarlo bien en fiestas y los 365 días del año, bajo la sana "Convivencia y camaradería".

Junto al diamante anterior sumamos el ser festeros, "estilo" en el desfilar, "trabajo" festero, cuentas varias y variadas, servidumbres anuales, lotería (muy comentada la del pasado por nuestro nuevo patrocinador), nuestro incontestado y vitalicio presidente don Pedro Luis Castuera, comidas, cenas, locales diversos con más o menos fortuna, gracia o salero, junto a todos esos "sucedidos" que por fiestas y fuera de ellas se estilan. Y por supuesto recordamos aquellas horas de camaradería intergeneracional en "Casa de Paco Castuera" tras la Entrada; el “Cinquico”, los restos de nuestro “Club de Fans” (antes peña “El Birrete” a los que les mandamos un efusivo abrazo), junto al anfitrión y buena parte de los camisas viejas de la comparsa. Aquello se diluyó porque Paco se dejó coleta y se pasó a la revolución; incluso se rumorea que vota a “Podemos”.

Desfilar rodeado de los tuyos, los pretorianos que jamás te fallan, es una experiencia vital en la vida del festero y todo sin olvidar que algún día nuestras hijas e hijos nos flanquearán para cubrir la vanguardia. Lo objetivo es que antes, cuando teníamos 25 o 30 años menos, estábamos de fiestas del 1 al 9 con sus Troyas respectivas y hoy somos lo que somos; la cena del 4 se hace pero luego a dormir, se vive el día, cuatro desfiles, se sale una noche con suerte y la vida, nuestra vida y la de los nuestros, sigue su curso... que no es poco. Hemos de volver a honrar la memoria de nuestros padres cuando nos decían aquello de “Ya os haréis mayores... ya”.

La máxima a observar por todos los componentes del “Cinquico Pelao” es que nuestro bien más preciado, amigos todos, es la amistad inquebrantable de siempre y por siempre. Ese es nuestro gran tesoro que hemos de saber conservar, cuidar y mimar por los siglos de los siglos.

José Vicente Arnedo Lázaro
Extracto del artículo del mismo título y autor aparecido en la revista interna El Catón 2016 de la comparsa de Estudiantes.

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