La prórroga (Carta al director)
Como todo el mundo sabe un presupuesto es una previsión de gastos y ganancias. Un buen presupuesto es aquel que es capaz de equilibrar lo que se pierde y lo que se gana y, si es posible, seguir ganando. Cuando en España, es un suponer, el Gobierno presenta los presupuestos generales debe contar con la mayoría necesaria para que se aprueben en el Parlamento, si esto no ocurre el Gobierno sea del color que sea debe intentar conseguir los apoyos precisos negociando con la oposición, y si de nuevo no es capaz de que vean la luz, inevitablemente debe dimitir y convocar elecciones, ya que un país no puede funcionar si la norma más importante que elabora un gobierno los presupuestos es rechazada. Para confeccionar tan importante ley el ministro de Hacienda debe poner en solfa todas las peticiones que le hacen llegar los diferentes ministerios, luego se hacen los ajustes precisos ya que cada ministro arrima el ascua a su sardina.
Evidentemente en los municipios la cosa no es exactamente así, el equipo de gobierno sea el que sea ya tiene de antemano los votos necesarios para que esa importante moción se apruebe. Repito que la norma más decisiva que un gobierno debe aprobar son los presupuestos ya que de ellos se deriva todo el funcionamiento posterior de la administración. En una ciudad como Villena, es el concejal de Hacienda la persona encargada de recoger todas las propuestas que le hacen llegar sus compañeros de corporación para intentar plasmarlos en dinero contante y sonante. No siempre se refleja lo que cada concejal pide, ya que los recursos son limitados y hay muchos frentes que atender. Considero que la labor de un concejal de Hacienda es muy delicada ya que debe, por todos los medios, calmar el ímpetu de peticiones que le llegan de todos los lados.
Miren, los presupuestos no son neutrales. Me explico. Con el dinero se pueden hacer muchas cosas, por tanto, es el talante de cada partido o sus promesas electorales las que van a determinar que se haga una cosa u otra. No es lo mismo hacer obras de relumbrón pero con escasa incidencia en la población que, por ejemplo, arreglar el alcantarillado. Lo primero se ve, lo segundo no y encima molesta. Sin embargo es muy posible que el alcantarillado sea mucho más necesario. Los partidos políticos, cuando concurren a las elecciones, se vuelven dicharacheros y nos prometen toda clase de bondades. Opino que a los mítines de los partidos habría que ir con un notario que levantara acta de todo lo que se dice. Si, además, nos visita algún alto mando de la Comunidad y promete pagar la restauración de algún monumento, como si de unas cervezas se tratara, el círculo se cierra y nos atrapa.
En Villena, el actual concejal de Hacienda, sr. Valiente, ha dicho que los presupuestos del Ayuntamiento de este año, ¡que aún no están aprobados!, quedan prorrogados. Es decir que, supuestamente, los presupuestos de 2008 deben servir para 2009. Digo supuestamente porque, ¿es acaso la misma recaudación de este año que la del pasado?: pregunto. Mucho me temo que el presupuesto de este año no es el anterior prorrogado. Un botón de muestra: ¿recuerdan la polémica por el recorte en fuegos artificiales y demás tracas festeras? Si esto ocurría en algo tan simple, debemos suponer que los distintos departamentos también sufren recortes. Por tanto, no son presupuestos prorrogados, ¡por favor!, es otra cosa. Es la grave irresponsabilidad del equipo de gobierno actual que no ha sabido o no ha querido ponerse de acuerdo. Es obvio que la sra. Alcaldesa no se ha arriesgado a llevar al Pleno los presupuestos sin tener la garantía de que fuesen aprobados por ¡los de su propio partido! Insólito.
Es probable que a la ciudadanía todo esto que estoy comentando le parezca un problema menor o cosa de los políticos, o qué se yo. ¿A usted o a mí también nos han prorrogado los impuestos?, ¿acaso nos han prorrogado el precio de los servicios municipales? Vuelvo a repetir que unos presupuestos son la base de actuación de todo el engranaje municipal. Si cada concejalía sabe con qué cuenta, podrá afrontar el año con más garantías, sin titubeos, aunque no olvido que en esto de la economía 2 y 2 no siempre son 4, y que muchas veces es el propio concejal el que tiene que hacer piruetas para atender todas las situaciones que se le plantean.
No está el horno para bollos. Durante la prórroga, alguna vez se gana el partido. Intuyo que en este caso, no. Y perdone la molestia: usted ¿qué opina?
Fdo. Francisco Tomás Díaz