La salida de la Entrada desde la Losilla transfiere toda la responsabilidad al ayuntamiento ante cualquier suceso que pudiera ocurrir
El cambio del punto de salida del desfile de La Entrada, el próximo día 5 de septiembre, volviendo a la Losilla, puede traer más de un quebradero de cabeza a los gobernantes, que habrán de asumir toda la responsabilidad derivada de dicho cambio, pudiendo incurrir, en caso de suceder una desgracia, en un presunto delito de imprudencia temeraria.
Cuando se decidió cambiar la salida del desfile de la Entrada, trasladándolo de la Losilla a la calle Nueva, tal modificación fue ratificada por el Pleno municipal con fecha 25 de mayo de 2005. Argumentándose para justificar el cambio motivos de seguridad ciudadana, lo que el ayuntamiento estaba haciendo era evitar sus posibles responsabilidades caso de que algún día sucediera algún accidente. De hecho, la lectura del acta de aquel Pleno podría resumirse, en lenguaje corriente, de la siguiente manera: El ayuntamiento decide que no se salga de la Losilla. Señores de la Junta Central, busquen otro sitio.
Un mes después, en el Pleno municipal de 30 de junio de 2005, la Corporación aprobaba el Programa Oficial de Actos de las fiestas de aquel año, otorgando validez legal a todos los cambios aprobados previamente.
El ayuntamiento, responsable
El pasado viernes, al referirse a la nueva modificación, el edil de Fiestas, Francisco Abellán, indicaba que, si el cambio es posible a la luz de los informes sobre seguridad encargados por el Consistorio, la Junta de Gobierno aprobará el retorno de la Entrada a la Losilla, cuando lo cierto es que, de procederse así, la tramitación podría ser paralizada.
Al haber sido aprobado el cambio anterior por el Pleno, dicha modificación no puede ser revocada por un acuerdo de Junta de Gobierno, por lo que el cambio debería ser aprobado en el máximo órgano de gestión municipal, ya que de no ser así no tendría validez el acuerdo adoptado por la Asamblea de la Junta Central de Fiestas.
Obviamente, para evitar este escollo basta con que el ayuntamiento, nuevamente, apruebe en Pleno una moción dando validez legal al regreso a la Losilla. Sin embargo, al aprobar dicha moción recaería sobre el ayuntamiento, especialmente sobre su máxima autoridad, la alcaldesa, la responsabilidad íntegra por lo que pudiera pasar caso de suceder lo que todos deseamos que no suceda. De hecho, y a afectos legales, podría actuarse contra quienes aprobaran dicha moción por un presunto delito de imprudencia temeraria, ya que, tal y como quedó reflejado en acta de Pleno, se estaría exponiendo a los festeros y los músicos congregados en la Losilla a un riesgo manifiesto.