La sanidad pública (Carta al director)
Estamos oyendo todos los días que la Generalitat Valencia está acometiendo muchos recortes imprescindibles para que la Autonomía funcione bien, contablemente hablando, ya que está en quiebra y endeudada a tope. En lo que afecta a la sanidad pública, van a cerrar plantas, con unas trescientas camas, en hospitales por toda la geografía autonómica, ya que, según ellos, no se necesitan, de momento, para de esta forma ahorrar y optimizar los recursos económicos al máximo.
Esta acción puede ser positiva a la hora de ahorrar, pero desde mi punto de vista habría que analizar otras cuestiones que quizás lo gestores públicos no han valorado, cuando se ha estado despilfarrando en eventos innecesarios, etcétera. Se tendría que analizar en los hospitales públicos si desde que un paciente ingresa por urgencias, hasta que se le da el alta hospitalaria, todas las acciones médico-quirúrgicas se han realizado con la diligencia pertinente, ya que en muchas ocasiones el enfermo está hospitalizado mucho más tiempo del necesario.
Asimismo, las pruebas diagnósticas se realizan con cuenta gotas, una cada día, por razones de saturación, de falta de personal, etcétera, cuando a lo mejor, dentro de una jornada se podría hacer lo necesario para tener los resultados de las pruebas y por lo tanto acelerar el diagnóstico correcto y que a al paciente se le pudiera dar el alta mucho antes, lo que redundaría en un ahorro significativo por cama y en general. Todo esto, como es lógico, salvaguardando lo esencial, esto es, dando unas prestaciones y servicios al paciente profesionales al 100%, pero sin dilataciones por falta de medios en el tiempo.
En la sanidad privada los días de hospitalización y las pruebas diagnósticas se hacen en general con más celeridad, ya que son las mutuas o compañías de seguros privados las que pagan las facturas de sus asegurados y por tanto, les interesa que se aceleren las altas hospitalarias. Es de suponer que mantienen el rigor médico en cuanto a la salud de las personas, pero no dilatan innecesariamente su estancia en el hospital. Este hecho es el que encarece los presupuestos económicos y la facturación general de estos entes públicos. Posiblemente los hospitales públicos tendrían que ser gestionados por empresas privadas, de este modo las medidas de control y despilfarro serían mejores y se ahorrarían pérdidas contables y a lo mejor no habría que cerrar plantas en decremento de la ciudadanía en general.
Les cuento todo esto porque mi progenitor ha sufrido recientemente un cólico nefrítico. Y estoy muy contento en cuanto a la asistencia recibida. Pero también me he dado cuenta de la lentitud en cuanto a pruebas diagnósticas e información al paciente y familiares.
Hay mucho por analizar en los grandes hospitales, pero seguro que se podrían rentabilizar mejor los recursos y optimizar el factor tiempo. Por eso, desde mi punto de vista, no habría que cerrar ningún servicio, porque perjudica a toda la ciudadanía, pero sería importante que analizaran bien los gestores de turno si los recursos económicos con los que se les dota son suficientes y si son utilizados correctamente y con criterios de ahorro, porque seguramente, de ser así, otro gallo nos cantaría.
Todas las acciones que se emprendan deben ser sin menoscabo de la calidad del servicio a los pacientes. Y que la asistencia hospitalaria sea óptima, para que todos los ciudadanos nos sintamos seguros y orgullosos de que los hospitales públicos de nuestra Comunitat están dotados de todos los medios humanos y materiales para saber que vamos a tener a nuestra disposición lo mejor de lo mejor. Así sea.