Este domingo la Sección de Petanca del Círculo Agrícola Mercantil Villenense ha celebrado la tradicional comida de hermandad de todos los años. En un ambiente festivo, casi todos los socios de la sección compartieron una jornada completa, donde la armonía y el compañerismo fueron la tónica predominante, olvidando pasajeramente, los nervios de las competiciones.
Desde las 9:00 horas, momento en que dio comienzo el almuerzo, la sección más activa del Círculo se puso en marcha para jugar el campeonato de hermandad que suelen realizar cada año. Según se comentaba durante el almuerzo, este día junto con el campeonato de Navidad, son los momentos más entrañables de la sección, ya que se comparten casi 24 horas sin la obligación de estar concentrados para las partidas, como sucede durante los campeonatos. A mediodía la comida con la familia diferencia el acto con la fiesta de Navidad. Este año los gazpachos fueron el menú preparado inigualablemente por Pepe Pastor, cocinero oficial de la petanca, reuniendo más de 50 personas junto a la mesa, creando un ambiente tan especial, que solamente los socios de la petanca saben lograr.
Posteriormente, ya entrada la tarde, obligatoriamente se juegan unas partidas de petanca, para no perder ritmo, y todo el mundo a esperar la siguiente conmemoración, sin importar los ganadores de estas partidas que solamente tienen como fundamento aumentar la solidaridad de este grupo de amigos, que han encontrado en este deporte un forma sana de compartir la amistad.
Debo de hacerme eco de Jesús, presidente de la sección, y hacer referencia a Pepe El largo rectificando el nombre del Círculo, Círculo Agrícola Mercantil Villenense Sociedad Deportiva y Cultural; Pepe, ahí queda dicho. Y para terminar un consejo a todo aquel que, en posteriores ocasiones, visiten los almuerzos de la petanca: ¡Ojo con las cañas de las botellas del vino!
